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Hermana del excarcelado político Nahiroby Olivas, en cuadro de honor de su escuela en EEUU

Junio 24, 2022 11:18 AM
Alishon Olvias cuadro honor Estados Unidos

Alishon Jackeline Olivas Valdivia, de 15 años de edad, es una adolescente exiliada en Estados Unidos, es hermana del excarcelado político Nahiroby Olivas líder universitario de León, Nicaragua. La familia Olivas se vio obligada a emigrar por el asedio policial y de parapoliciales del régimen de Daniel Ortega. En varias ocasiones esas fuerzas intentaron ingresar a la vivienda. 

Alishon Olivas finalizó el décimo grado en Woodrow Wilson High School, y figura actualmente en el cuadro de honor de este centro de estudios. Ver que estaba en esa posición, la tomó por sorpresa. Hoy su familia celebra y se siente orgullosa de ese logro. Alishon y su madre Jackeline Valdivia emigraron a Estados Unidos el 23 de diciembre del año 2021.   

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Para llegar a Estados Unidos, Alishon y su madre lo hicieron de manera irregular desde México. 

La travesía duró entre 4 y 5 meses. Estuvieron en Chiapas, en Comalapa, en el DF y cuando llegó el momento, cruzaron a suelo estadounidense, donde permanecieron en un centro de detención dos días. Después fueron trasladadas a un albergue donde su estancia duró tres días y luego tomaron un vuelo a New Jersey, que es donde residen. 

100% Noticias entrevistó a Olivas sobre este reconocimiento escolar, su situación actual de exilio y sobre el proceso de adaptación en Estados Unidos, su escuela, sus proyectos y recomendaciones para los nuevos exiliados. 

¿Qué significa para usted estar en el cuadro de honor, después de todo lo que ha pasado?

La verdad no sabría expresarlo, ya que fue algo que me dejó sorprendida, haber logrado tanto en tan poco tiempo, siempre quise poder hacerlo y poder hacer sentir a mi familia orgullosa de mí, el saber que lo logre. Pasé mi año y con muy buenas calificaciones, me llenó el corazón y pude sentir mucha paz, la mejor parte fue cuando le conté a mi familia lo que había sucedido y todos me felicitaron, pude ver su cara de orgullo, eso me hizo muy feliz, poder estar en esa posición me hizo estar muy feliz y orgullosa de mí misma, me hizo notar que podría lograr lo que me propusiera.

¿Cómo han sido estos años de exilio? 

La verdad es muy difícil, ya que siempre tienes ese miedo de que todo salga mal y sentir que eso por lo que tu familia está luchando fracasa, siempre tienes que ser fuerte porque si tú flaqueas los demás lo harán contigo.

Al llegar acá encontramos a personas muy buenas que siempre nos dieron la mano, nos apoyaron y brindaron su amor, pudimos seguir adelante. El tema del asilo es algo muy complejo ya que no es algo sencillo, es algo que requiere mucho tiempo y confianza. Siempre hay que estar pendiente de todo, de tus citaciones, reporte e inclusive si quieres ir a un lugar hay que hacerlo saber, pero eso no es algo de lo que yo sienta que tengo que preocuparme, creo que es un proceso muy bien llevado, siempre hay que tener paciencia y esperanza, no todo se te va a dar al instante.  

Yo pasé luchando un mes para poder entrar a la escuela, no porque no me dieran la oportunidad, sino por todos los papeles que tenía que tener y en algunas circunstancias no estaba la encargada de inscripciones. No es fácil poder trabajar, también lleva un proceso legal por el que todos tienen que pasar, pero hasta ahora yo siento que la estancia en este país ha sido de lo mejor que he podido vivir en estos años, pude tener mi libertad nuevamente.

En Nicaragua la policía y paramilitares asediaban a vos, a tu hermano, a tu familia, ¿cómo eran esos días para vos, que estabas aún en la escuela?

La verdad era mortificante, ya no sólo exponía mi persona, sino a todas las de mi alrededor, maestros, alumnos y civiles.

Hubo un tiempo en el que tuve que dejar mi escuela ya que teníamos muchas persecuciones, tuve que dejar mi recorrido (microbús) para que todas las personas que viajaban conmigo pudieran viajar con tranquilidad y sin problemas. 

Luego de eso mi madre habló con las personas responsables de las instalaciones de mi escuela, las cuales nos apoyaron grandemente y me dieron la oportunidad de continuar mis estudios con guías, saber que era la única alumna de la escuela que estudiaba de ese modo me preocupaba ya no obtendría explicación de mis maestros. 

Yo realmente pensaba que podría fracasar, mi mamá siempre estuvo pendiente de mí y me apoyó contratando un tutor para algunas secciones de matemática. Fue un mes muy duro, ya que tampoco me encontraba en mi ciudad, teníamos que viajar muy seguido para evitar ser encontrados y que nuestras vidas corrieran riesgos, fue todo un mes de esa manera, fue duro, pero al pasar un mes decidimos volver a León (sólo mi madre y yo). 

Al llegar ahí mi mamá me permitió volver a la escuela al igual que las personas correspondientes en la escuela, fue duro ya que no iba acorde con mis compañeros sentía que ellos iban muy avanzado y que yo me había quedado atrás. Incluso recuerdo haber obtenido una muy mala nota en un examen de matemática, fueron tiempos duros. 

Al pasar los años los asedios fueron disminuyendo, pero no era algo que me permitía seguir viviendo una vida normal. Llegué a tercer año de secundaria, no pude concluir ese año en la escuela, me fui pocos meses después de que iniciara, tuve que estudiar virtualmente otra vez. Logré pasar ese año con muy buenas calificaciones, luego con el tiempo llegamos a Estados Unidos y pude entrar a cuarto año de secundaria y concluirlo con buenas calificaciones.

¿Cómo lograste quedar en el cuadro de honor de tu clase?

La verdad el sistema escolar acá es algo distinto, no es que perteneces a un grado en sí, te asignan tus clases con las que cambias de compañeros y maestros, pueden ser incluso compañeros de grados más altos. 

El cómo logré llegar a ese punto fue por esfuerzo, al inicio recuerdo estaba siempre preocupada porque tenía demasiadas tareas y no comprendía mucho. Con el tiempo me adapté a la escuela y a las clases, siempre ponía mucha atención y era muy participativa, entregaba mis tareas a tiempo, hacía mis exámenes y nunca me metí en problemas. Logré hacer mis proyectos finales los que fueron del agrado de mis maestros, ellos me expresaban que era muy buena alumna y siempre me alentaban a seguir estudiando arduamente, de esa manera logre obtener mis calificaciones.

¿Es difícil el proceso de adaptación a otra escuela, a otro país, ¿cómo fue ese proceso, cómo han sido tus compañeros de clases sabiendo que sos nicaragüense perseguido por una dictadura?

El proceso de adaptación fue duro. Al inicio recuerdo que tenía mucho miedo de que me molestaran en la escuela por no hablar muy bien el inglés, por lo que siempre evitaba pedir ayuda a los demás, me perdía en la escuela, no comprendía, pero evita juntarme con las personas, pasaba sentada sola en mis clases y luego que terminaba una corría a la otra para no llegará tarde. 

Luego un día decidí hablar con una chica que se me hacía muy simpática, ella me habló y presentó a su grupo de amigas, me hicieron sentir incluida, pasaba el tiempo con ellas todos los días. 

Al pasar los meses fui siendo más abierta y pude tener más amigos, claro, siempre evitando tener algún tipo de relación con personas problemáticas, ya que no quería meterme en problemas. De esta manera fue como pasé mi año escolar, nunca me hicieron sentir mal por mi nacionalidad, aunque recuerdo que había uno que otro que me decía “Dónde queda Nicaragua?”, pero a decir verdad fue un muy buen año escolar.

¿Qué esperas como adolescente de la situación actual en Nicaragua?

La verdad siento que en Nicaragua cada día va de mal en peor, la situación actual no le permite estudiar a muchas personas con grandes capacidades, solo por un capricho de poder. Hay jóvenes, adolescentes, niños con un gran futuro por delante, pero la situación que vivimos ha forzado a varios a dejar la escuela por distintas razones.

Creo que si yo siguiera en Nicaragua podría estar en ese lugar (en cuadro de honor). Me probaría de cumplir mis metas y propósitos, mis sueños y anhelos como lo están haciendo muchos allá en Nicaragua.  

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Sé que muchas de esas personas luchaban por su futuro, por su carrera, para poder un día cargar con orgullo su diploma de la universidad y luego trabajar y ayudar a su familia, porque así es la vida en Nicaragua. Hoy en día, si estudias no trabajas y si trabajas no estudias, tienes que elegir una de las dos para poder vivir tu día a día.

¿Qué recomendación brindas a niñas, adolescentes y jóvenes que están migrando a Estados Unidos?

Tenga mucha paciencia, no piense solo en trabajar acá, si aún eres una persona que está en edad de estudiar te aseguro que acá te darán la oportunidad. Acá pueden hacerlo personas de todas las edades, todos están a tiempo, luchen por su futuro que les robaron, por esos sueños que tiene que cumplir, nunca se rinda que acá siempre tendremos una oportunidad. Su libertad la obtendrán, pero como dije antes tengan fe y paciencia.

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