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Culpa, ansiedad y depresión son algunos problemas “invisibles” que enfrentan los nicaragüenses en el extranjero

Las personas desplazadas cargan sentimientos de culpa por abandonar sus lugares de origen. Conozca aquí los síntomas de la depresión y cómo combatirla

Junio 25, 2023 08:00 AM
nicaraguenses exiliados con problemas de salud mental

Cuando la nicaragüense Alondra García cumplió tres meses de trabajar como mesera en un restaurante de Houston, Texas, recibió la trágica noticia del fallecimiento de su padre en un accidente de motocicleta en su natal Tipitapa, supo entonces que apenas empezaba el duro precio de perseguir el “sueño americano”, tuvo que llorar con culpa, rabia y despedirse a la distancia como hacen todos los migrantes.

Estados Unidos es el principal destino de los nicaragüenses que han dejado el país en los últimos cinco años, cuando estalló una crisis sociopolítica en el país centroamericano, que ha provocado el mayor éxodo de su historia En Estados Unidos, desde abril de 2018, al menos 344.000 nicaragüenses han sido interceptados en la frontera sur de ese país, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos de América (CBP, por sus siglas en inglés).

Esa cantidad representa un 5,1 % de la población total de Nicaragua, según datos oficiales.

“En el caso de las personas exiliadas presentan muchísima ansiedad y depresión. La mayoría de los diagnósticos lo ocupa el trastorno de estrés postraumático que es producto de que han vivido hechos muy violentos que han puesto en riesgo su vida, sin embargo, a menudo sus síntomas se pasan por alto o se normalizan creyendo que es algo que va a pasar”, dice en entrevista con 100%Noticias Ruth Quirós, asesora en salud mental y apoyo psicosocial del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más en Costa Rica.

Leer más: Familiares desde Nicaragua pueden apoyar a migrantes a prevenir el suicidio en el extranjero

A Quirós la avalan más de tres años atendiendo a la población nicaragüense refugiada en suelo costarricense, suficiente tiempo para identificar que los más afectados al dejar su lugar de origen son los varones, quienes se resisten a asistir a terapia porque lo consideran como una especie de perder la cabeza y porque también es parte del machismo alejarse de la sanación.

Identificar la depresión

Las personas desplazadas cargan con graves problemas de salud mental como sentimientos de culpa por abandonar sus lugares de origen, baja autoestima, tristeza, pérdida de interés, cansancio, no tienen capacidad de concentración, tienen dificultad para dormir, ansiedad; todos estos son síntomas de depresión, la depresión es un trastorno mental que se sufren en silencio y puede tener una duración muy prolongada que se vuelve perjudicial para la vida de la persona porque sus capacidades son muy limitadas, advierte Quirós.

“En ese momento es cuando la persona debe tener un acompañamiento profesional todos pasamos momentos de tristeza en la vida, pero cómo identificar la depresión es lo que es importante acá porque ya cuando los síntomas son muy fuertes y entonces empiezo a tener dificultad para realizar actividades de la vida diaria ese es el primer llamado de atención de que algo está pasando”, explica.

Según Quirós algunas personas en depresión podrán sobrellevar momentos difíciles poniendo a prueba sus propias capacidades, pero otras necesitarán acompañamiento profesional para hacerlo.

La suma de los traumas

Los migrantes que cruzan la frontera además de cargar con sus propios problemas se enfrentan a nuevos tratos en los países de acogida como el rechazo, racismo o xenofobia lo que los vuelve altamente vulnerables y en el caso de los exiliados, la mayoría de veces ocurre de modo forzado y todo migrante vive una especie de duelo que está rodeado de incertidumbre y estrés ante la evidente inestabilidad y el sentimiento de culpa por haber huido de su  país, pero los recursos para cambiar esta realidad son limitados.

“Las personas cargan con toda una historia de vida y a veces viene marcada por la violencia, los abusos y pues a la suma del presente les cuesta sobrellevar la vida. La toman como un sufrimiento y esto hace que las personas piensen muchísimo en el suicidio”, explica Quirós.

Suicidio

En este punto Quirós enfatiza que se debe perder el miedo a hablar de suicidio cuando lo recomendable es hablarlo de forma natural “porque es producto del pensamiento irracional que provoca el trauma en la vida de las personas”, la especialista añade que este pensamiento “limitado” convence a la persona que su vida ya no vale nada, que no hay más posibilidad de seguir adelante, que es culpable, es mala persona, que no tienes valor, pero con apoyo psicosocial este pensamiento puede ser transformado.

Priorizar la salud mental

La experta aclara que los migrantes o exiliados están ante una nueva realidad y lo que recomienda es hacerla más llevadera tomando la salud mental como prioridad. “Es importante mantener redes con nuestra familia que se ha quedado en nuestro país de origen y desconoce las nuevas dificultades económicas, sociales y de adaptación que esta decisión incurre”, dice la especialista.

Pero aclara, que cuando esta comunicación con la familia “nos sobrecarga” porque algunos miembros culpan al migrante de algunas decisiones tomadas provocando un “desgaste emocional” y “frustración” sobre el exiliado que algunas veces no sabe manejar entonces lo mejor es poner límites y anteponer nuestra salud mental.

“Tenemos que aprender a soltar, hay realidades que yo no puedo cambiar, hay cosas que yo quisiera cambiar, pero no puedo. Tengo que aprender a identificar lo que me desgasta emocionalmente. Tengo que pensar primero en mí. Tengo que estabilizarme. Tengo que tranquilizarme y ponerme como una prioridad. Si yo estoy bien todo lo demás va a estar bien”, concluye la experta.

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