Cardenal Leopoldo Brenes agradece oraciones por muerte de su madre

El Cardenal Leopoldo Brenes, obispo de la Arquidiócesis de Managua, agradeció a la feligresía por las oraciones realizadas durante la muerte de su mamá, doña Lilliam Solórzano de Brenes, quien murió el pasado 29 de septiembre a los 94 años de edad.

Doña Lilliam murió en su casa de habitación, ubicada en Managua, rodeada de sus hijos y nietos, informó el propio Cardenal Leopoldo Brenes.

“No saben cómo han sido un apoyo en estos momentos de la partida de mi mamacita al regazo del Padre, conocen la cercanía que me unía a ella, pero también la alegría al acompañarme o cuando nos visitaban y sentir todo el cariño que le profesaban todos ustedes”, expresó el Cardenal Leopoldo Brenes en una nota de agradecimiento difundida a la feligresía.

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“La muerte de mamá es dura, sin embargo, cuando le hemos correspondido todo lo que ella ha hecho desde nuestra niñez hasta el momento de separarnos, es reconfortante pensar en sus cariños, regañadas, abrazos, sonrisas y miradas, son momentos inolvidables, de lo cual surge un hermoso sentimiento hacia nuestro Creador:  Gracias Señor por haberme puesto a un ser tan hermoso a mi lado, mi buen ángel, mi fiel compañía”, relata Monseñor Brenes.

En el documento, el Cardenal también agradeció a los feligreses que lo acompañaron durante la vela y funerales de su mamá, los que se realizaron en el municipio de Ticuantepe.

Brenes también hace un llamado a los fieles que aún tienen viva a sus madres a que las respeten y estén siempre al cuido de ellas.

“Los que aún tienen a su mamá, quieranla mucho y los que ya la tienen en el cielo, pídanle su intercesión para que seamos siempre fieles al Señor”, finaliza el documento.

¿Quién era doña Lilliam?

Doña Lilliam Solórzano era una señora de 94 años de edad, apasionada por el bien de los demás, era dedicada su hogar y principalmente a la oración. Le gustaba observar a su hijo transmitir las misas de forma virtual durante el tiempo de la pandemia.

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En agosto del año 2020, fue difamada vilmente por William Grysbi y Moisés Absalon Pastora, ambos propagandistas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

En la década de los 80 doña Lilliam se dedicó a hacer el bien a “los muchachos” facilitándoles ropa, comida, refugio, cuido, exponiendo su propia vida y la de su familia.

Para la insurrección de 1979, doña Lilliam muchas veces curó a los heridos de balas durante las asonadas contra el Anastasio Somoza de Bayle.