QUIEREN REDUCIR NEGLIGENCIAS MÉDICAS EN ANIMALES
Doña Linda Tijerino González llora cuando recuerda a la “Pepsi”, una perrita de raza terrier de cinco años que entró viva a una clínica veterinaria para un corte de pelo y salió muerta, porque recibió una sobredosis de anestesia.
"Yo no seguí con el caso porque desconozco la ley, no sé cómo es el proceso y no tengo tiempo”, expresó Tijerino, quien explicó que después del deceso de "Pepsi", hecho ocurrido después de Semana Santa, descubrió mediante los vecinos del supuesto veterinario que este no tiene título profesional, que el local es atendido “por cualquiera” y que en la Villa Miguel Gutiérrez hasta les dicen los “mataperros”.
El presidente del Colegio Médico Veterinario de Nicaragua, Omar Navarro Reyes, manifestó que “Nicaragua actualmente no tiene acreditación para regular algunos aspectos del ejercicio veterinario”, de tal forma que ellos “solo regulan a los que están asociados”.
“Y quien se encarga de regular la actividad médico-veterinaria (de los no colegiados), por ejemplo las regencias y la parte legal, es el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA)”, agregó Navarro.
¿A QUIÉN ACUDIR?
Sin embargo, Navarro aseveró que cuando existe una queja de mala praxis veterinaria hay que recurrir al Colegio Médico Veterinario de Nicaragua (Comven). Si el señalado es colegiado, el Comven recibe la denuncia y el comité de ética revisa el caso e inspecciona los protocolos para saber si hubo mala praxis o descuido del dueño.
-
El Colegio de Médicos Veterinarios recomienda a la población fijarse si la farmacia o clínica veterinaria a la que asisten con su mascota tiene los permisos del IPSA y alcaldía a la vista, y si quien los atiende es un veterinario o no.
Luego, si se determina que el médico veterinario causó la muerte del animal o más sufrimiento del necesario, en caso de quedar vivo, se califica la falta como grave o leve, según sea el caso, para proceder a aplicar la sanción que corresponda.
Linda Tijerino con su perrita Pepsi en vida. -
La gran confusión en Managua y resto del país es que la gente no sabe que para tener una clínica o farmacia veterinaria no hace falta ser médico veterinario, pero el IPSA exige la presencia de un médico veterinario como regente. Precisamente los últimos casos de negligencia que se han dado, es porque los dueños están atendiendo las clínicas sin haber estudiado veterinaria, explicó.
En esos casos no hay médico que sancionar, pero el IPSA está facultado para cerrar la farmacia o clínica y luego remitir el caso a la alcaldía y la Policía.
Linda lo que pide “es que pongan gente que en realidad tengan primero amor al animal, segundo que sean profesionales y que no dejen en las manos de un cualquiera ese negocio”, porque, dijo, el supuesto médico veterinario "era un chavalo".