Allison Molina, de 26 años, era con quien el doctor Páramo se encontraría ese día. En julio de 2014, él le practicó a Molina un aumento de senos que presuntamente derivó en una complicación pulmonar.
Según la acusación, Páramo le perforó el tórax y la pleura (la membrana que recubre los pulmones). Al día siguiente, Molina se desmayó y llegó a emergencias con dificultades para hablar y respirar. Había pagado 2 mil 500 dólares por la operación. Por una que casi la mató.
Ella denunció al cirujano, pero el caso se congeló. Después de exámenes físicos y psicológicos, y a casi dos años del procedimiento, el doctor no está acusado formalmente. El único paso que la justicia nicaragüense ha dado fue enviarle a su consultorio la citatoria para que se presentara el viernes pasado a mediación. Él no se presentó. Y Páramo tendría al menos una semana para justificar su ausencia, le dijo la fiscal adjunta a Molina.
Cuando el caso de Lizandra se coló en las redes sociales, Allison habló.
Fuente : Confidencial