Medios independientes de Nicaragua: "Daniel Ortega nos quiere callar"
En un país donde las fuerzas de seguridad dejaron de cuidar a la ciudadanía para convertirse en arma arrojadiza contra los críticos del Gobierno de Daniel Ortega, los medios independientes de comunicación de Nicaragua se sienten tan desamparados como el resto de la población que protesta en la calle.
"Nosotros éramos equilibrados, a todas las partes les dábamos el beneficio de la duda por igual. Pero ya no es posible. Cuando ves un Gobierno asesinando inocentes, cuando un día transmites cómo la policía se lleva preso a un ciudadano por agitar una bandera azul y blanca, que ahora es delito, no podemos ser neutrales ni equilibrados. Tomas partido por la vida, en contra del que mata", cuenta a EL MUNDO Lucía Pineda, jefe de prensa de la cadena de televisión 100% Noticias, la única que emite informativos las 24 horas en Nicaragua. "Además golpean a los reporteros como enemigos, nos roban las cámaras, los equipos de transmisión", añade.
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"Nos sacaron del aire el 19 de abril por una orden de la Presidencia. Volvieron a meternos una semana después por la presión de la Iglesia Católica y de la empresa privada, a los que todavía escuchaba el Gobierno en ese entonces. También por la gente que organizó marchas porque no iban a permitir que truncaran la libertad de expresión", añade.
No son los únicos que se han vuelto diana de las iras del régimen sandinista. Radio Darío de León y de otras provincias han sido atacados por turbas. Y 'El Nuevo Diario' informaba el pasado viernes, en primera página, de un ataque de encapuchados armados a las instalaciones de su editorial en la capital, que también incluye al periódico gratuito 'Metro'.
"Llegaron en dos camionetas que las estacionaron en el centro de la calle, al frente de esta empresa periodística, y dos de los sujetos se bajaron y activaron el proyector", relataban. El fin del asalto, repetido en la sede central del banco Banpro, no era otro que proyectar sobre la fachada un vídeo titulado "Justicia para las víctimas del terrorismo golpista", una dura crítica a las manifestaciones pacíficas de los últimos meses.
El periodista Roberto Collado, fue secuestrado mientras realizaba cobertura periodística en Granada, los paramilitares bajaron de una camioneta y se lo llevaron a una estación policial. El comunicador fue liberado ayer domingo con una herida en su cabeza y fuertes golpes en su cuerpo.
La semana pasada el periodista jinotegano Francisco Daniel Espinoza Rivera, fue arrestado por la Policía, y le atribuyen delitos de secuestro asalto, tortura, asesinato frustrado y lesiones.
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Los canales oficiales que manejan a su antojo hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja presidencial, aseguraban en sus noticieros que se trató de una iniciativa de simples "pobladores" que expresaban su opinión de "manera original y pacífica".
"Las amenazas son de diferentes formas. Desde la cobertura, que resulta difícil porque periodistas de 'La Prensa' se han convertido en blancos de represión de las turbas inicialmente y, cuando éstas evolucionaron en paramilitares, siguió la amenaza de agresión. Hay casos muy particulares de corresponsales en provincias a los que amenazan con orden de captura, pasan por sus casas y tiran disparos al aire", explica Eduardo Enríquez, jefe de redacción de 'La Prensa', el periódico de 92 años de existencia, propiedad de la familia de la ex presidenta Violeta Chamorro. "Esperamos que no lo hagan efectivo y lo hemos denunciado en organismos internacionales", añade.
"Es una tensión constante que se vive. Tuvimos que tomar medidas de seguridad, estamos cerrando más temprano para que los periodistas lleguen antes a sus casas. A nivel empresarial experimentamos bloqueos extraoficiales en la importación de papel, agredieron a distribuidores", sigue Enríquez. "Desde que llegaron al poder nunca pusieron en 'La Prensa' anuncios del Gobierno, sólo de licitaciones públicas si los fondos los brinda el Banco Mundial o el FMI, que obligan a que se publiquen en medios nacionales y somos los únicos".
Pocos dudan de que la vicepresidenta Rosario Murillo es el cerebro de toda la estrategia de comunicación y del acoso que sufren los medios independientes desde que comenzó la honda crisis sociopolítica. Cuando al inicio de su Gobierno tomaron el control de empresas de prensa, radio y televisión, Murillo alegó que era necesario contar con medios "del poder ciudadano" porque así saldría la información "incontaminada". Pero no hay más que seguir esos medios para constatar que se han vuelto meros portavoces de la propaganda oficial.
"También han intensificado la campaña negra contra muchas personas y nos califican de golpistas", asevera Enríquez. "Han pasado a la represión selectiva".
Pese a las amenazas, todos están decididos a continuar dando la batalla en los tiempos convulsos que corren en Nicaragua. "Nos han querido callar, pero vamos a seguir, no nos cansamos", manifiesta con firmeza Lucía Pineda. "Nuestra fortaleza es la credibilidad".