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Nicaragüenses víctimas del nemagón apelan a la justicia francesa para conseguir indemnización

Noviembre 07, 2018 02:56 PM

Más de 1.200 trabajadores nicaragüenses víctimas del pesticida Nemagón apelaron a la justicia francesa para forzar a tres multinacionales a pagarles la millonaria indemnización ya dictada en su país, pero que nunca fue aplicada, anunciaron sus abogados el martes en París.

Shell, Dow Chemical y Occidental Chemical fueron condenadas en 2006 por la justicia nicaragüense a pagar 805 millones de dolares a 1.234 antiguos trabajadores de fincas bananeras.

El motivo: el empleo de un pesticida, el DBCP, que comercializaron bajo el nombre de Nemagón o Fumazone pese a que estaba prohibido en Estados Unidos desde 1977. Este producto está acusado de provocar cáncer e infertilidad.

Pese a haber sido confirmada en apelación y en casación en Nicaragua, "esta sentencia no pudo ser aplicada puesto que estas empresas retiraron todos sus activos del país", explicó el abogado nicaragüense Tony López, que sigue el caso desde 1997, durante una rueda de prensa.

López se asoció con el abogado parisino Pierre-Olivier Sur para llevar el asunto ante la justicia francesa. Su objetivo no es volver a juzgarlo, sino obligar a las compañías a aplicar la decisión judicial.

Julio Rivas trabajó 25 años en las bananeras, víctima del nemagón. Foto: Dick Emanuelsson.

Para ello, los abogados apelan a un procedimiento llamado "exequatur", que permite hacer aplicable en Francia y en toda la Unión Europea una decisión emitida por un tribunal extranjero. Este recurso puede ser utilizado incluso si el país, en este caso Francia, no está directamente implicado en el caso.

"Depositamos nuestro recurso ayer (lunes) ante la fiscalía de París y ante las tres compañías", indicó Sur.

Según el letrado, "probablemente se celebrará una audiencia entre febrero y marzo de 2019" ante el Tribunal de Gran Instancia de París. Una decisión podría tener lugar de aquí a 2020, según sus colaboradores.

Al comercializar el DBCP pese a sus efectos nocivos, las tres multinacionales "envenenaron a la gente" y cometieron "un crimen contra la humanidad", estimó el abogado estadounidense Robert McKee, que colabora con López.

"No piensen en las víctimas como unos desconocidos campesinos nicaragüenses, sino como sus vecinos: representan lo que puede pasar por un mal uso de los pesticidas", prosiguió.

El DBCP ha sido objeto de numerosas demandas judiciales en América Latina y solo en Nicaragua, estas reúnen a unos 17.000 demandantes.

Las tres multinacionales "envenenaron a la gente" y cometieron "un crimen contra la humanidad", estimó por su parte el abogado estadounidense Robert McKee, que colabora con López.

"No piensen en las víctimas como unos desconocidos campesinos nicaragüenses, sino como sus vecinos: representan lo que puede pasar por un mal uso de los pesticidas", prosiguió.

Los abogados mostraron documentos internos de Shell que muestran que las multinacionales ya tenían dudas sobre la toxicidad del DBCP desde su introducción en el mercado en los años 1950. Entonces, los tests en animales habían arrojado resultados inquietantes.

"No se lo dijeron a nadie y vendieron su producto", acusó McKee.

Los riesgos para el hombre fueron reconocidos en 1977, tras detectar numerosos casos de esterilidad entre los trabajadores de una fábrica de California.

"Es una gestión calamitosa de los riesgos sanitarios, es un caso de libro", comentó el toxicólogo belga Alfred Bernard, presente en la rueda de prensa junto al grupo de abogados.

Estos últimos quieren hacer del caso un ejemplo.

"Si el tribunal de París confirma [las decisiones ya pronunciadas en Nicaragua] esta jurisprudencia podría dar la vuelta la mundo", confió Sur.

Este caso recuerda al de la clordecona, un pesticida utilizado en las fincas bananeras de Martinica y Guadalupe hasta 1993.

"Las similitudes son muy grandes: ambos fueron desarrollados en los años 1950 y prohibidos en los años 1970", según Bernard.

Sin embargo, "los riesgos sanitarios son diferentes", precisó. "La clordecona es sobre todo un perturbador endocrino y probablemente es mucho menos cancerígeno que el DBCP".

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