Usurpación en Venezuela: El mundo no puede seguir siendo cómplice del narco régimen de Maduro

El día de hoy, el mundo fue testigo de un acto de usurpación. No reconocerlo por lo que es equivale a validar la tiranía. Es hora de que los gobiernos democráticos, las instituciones internacionales y la sociedad civil global se unan en una acción decidida para poner fin a esta narco-dictadura. Venezuela necesita más que declaraciones de apoyo; necesita acciones concretas, declaró Félix Maradiaga
Félix Maradiaga
Enero 10, 2025 12:07 PM
Activista político nicaragüense, Félix Maradiaga. • Foto: EFE

Hoy, 10 de enero, Nicolás Maduro no tomó posesión, usurpó el poder en Venezuela. Lo que el régimen de Maduro y su aparato propagandístico intentaron presentar como una “toma de posesión presidencial” fue, en realidad, un acto de usurpación del poder, un golpe de Estado contra el legítimo presidente electo, Edmundo González Urrutia. Las elecciones del 28 de julio de 2024 fueron claras: el pueblo venezolano votó por un cambio democrático, y el mundo entero lo sabe. Lo que presenciamos hoy fue la consolidación de una narco-dictadura que ha secuestrado las instituciones del país para perpetuar su régimen ilegítimo.

La respuesta internacional a esta usurpación ha sido contundente en algunos casos y lamentablemente ambigua en otros. Es positivo que Estados Unidos, tanto bajo la administración de Joe Biden como del presidente entrante Donald Trump, haya reconocido a Edmundo González Urrutia como el legítimo presidente de Venezuela. Es positivo que Estados Unidos, tanto bajo la administración de Joe Biden como del presidente entrante Donald Trump, haya reconocido a Edmundo González Urrutia como el legítimo presidente de Venezuela. Las sanciones anunciadas hoy por Estados Unidos y el Reino Unido contra funcionarios del régimen de Maduro representan un paso importante en la dirección correcta. La decisión del Departamento de Estado de aumentar la recompensa por la captura de Nicolás Maduro y sus principales aliados, como Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, hasta $25 millones y $15 millones respectivamente, La decisión del Departamento de Estado de aumentar la recompensa por la captura de Nicolás Maduro y sus principales aliados, como Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, hasta $25 millones y $15 millones respectivamente,envía un mensaje claro: la comunidad internacional no tolerará la impunidad de esta narco-dictadura.

Un acto de soledad y repudio internacional

La usurpación de hoy tuvo lugar en un contexto de aislamiento internacional. La abrumadora mayoría de los gobiernos democráticos del mundo se negaron a asistir a este acto ilegítimo, dejando a Maduro en una soledad evidente. Los dictadores de Cuba y Nicaragua, como era de esperarse, estuvieron presentes, fieles a su complicidad autocrática. Sin embargo, lo más lamentable fue la presencia de los embajadores de Colombia, Brasil y México, países cuyos presidentes, aunque públicamente han pedido elecciones libres y transparentes, permitieron que sus representantes diplomáticos asistieran a este acto de repudio internacional. Su ambigüedad no solo es decepcionante, sino que roza la complicidad. La neutralidad diplomática en contextos de dictadura no es neutralidad; es apoyo tácito a la tiranía.

Venezuela ya hizo su parte

El pueblo venezolano ha recorrido todos los caminos posibles en sus casi 25 años de lucha contra el chavismo y su degeneración en una dictadura narco militar. Desde el liderazgo ejemplar de María Corina Machado y el compromiso inquebrantable de figuras como Edmundo González Urrutia, los venezolanos han demostrado una y otra vez su valentía y deseo de democracia. Venezuela ya hizo su parte; el resto del mundo debe hacer la suya. Como presidente de la Red Liberal de América Latina (RELIAL), es un honor destacar que tanto María Corina como su partido, Vente Venezuela, son miembros destacados de nuestra red. Su liderazgo es un faro de esperanza en medio de la oscuridad.

De las palabras a la acción

Hoy más que nunca, la comunidad internacional debe pasar de las palabras a las acciones. El aumento de las recompensas por parte de Estados Unidos es un avance, pero no es suficiente. La Corte Penal Internacional debe acelerar las órdenes de captura internacional contra Maduro y su círculo más cercano. Además, iniciativas como la Ley VALOR, promovida por el senador Rick Scott, son pasos fundamentales para establecer estándares democráticos y garantizar que los recursos del régimen no sigan financiando la represión y la corrupción.

¿Qué más tiene que ocurrir?

La pregunta es inevitable: ¿qué más tiene que ocurrir para que el fin de la dictadura venezolana sea una prioridad para la comunidad internacional? ¿Cuánto más sufrimiento debe soportar el pueblo venezolano para que los gobiernos democráticos abandonen su indiferencia, su equidistancia y su complicidad?.

El día de hoy, el mundo fue testigo de un acto de usurpación. No reconocerlo por lo que es equivale a validar la tiranía. Es hora de que los gobiernos democráticos, las instituciones internacionales y la sociedad civil global se unan en una acción decidida para poner fin a esta narco-dictadura. Venezuela necesita más que declaraciones de apoyo; necesita acciones concretas.

El pueblo venezolano no está solo, pero el tiempo apremia. Que el día de hoy quede registrado no como una derrota, sino como un recordatorio de que la lucha por la democracia en Venezuela es una responsabilidad que todos compartimos. El fin de la dictadura de Maduro no solo es posible, es inevitable si actuamos con la determinación que el momento exige.

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