Ex comandante sandinista dice que "Daniel Ortega está totalmente aislado"
El también ex ministro de Economía nicaragüense, Luis Carrión Cruz, contó al diario peruano El Comercio que Daniel Ortega "no se reúne con nadie, ni discute sus decisiones" con su partido. "Todo lo que está alrededor de él son simples ejecutores".
Luis Carrión Cruz de 66 años, es uno de los nueve comandantes sandinistas históricos. Combatió la dictadura somocista en los años 70 junto al ahora presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pero se alejó del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1990.
Esta es la entrevista que brindó a El Comercio:
—¿Quién es Daniel Ortega?
Daniel Ortega se convirtió en la figura más visible de la revolución. Pero Ortega es una persona obsesionada con el poder. Siempre lo ha estado. Yo creo que la derrota electoral de 1990 le produjo un trauma muy grande. Desde entonces juró volver. En ese afán de mantenerse a toda costa en el poder, ya ha demostrado que es capaz de los más grandes extremos de represión, de crimen y de cinismo.
—¿Cómo es el Ortega que usted conoció en la revolución sandinista?
Era una persona razonablemente tolerante, con la que se podía conversar. En la medida en que él fue quedando como la única figura histórica del sandinismo, evolucionó rápidamente a convertirse en un autócrata, en un dictador y en una dinastía familiar.
—¿Por qué se aleja usted del FSLN?
Por el uso de la violencia para imponer los intereses políticos. Daniel Ortega nunca renunció al uso de la violencia, ni cuando estaba en la oposición. Y organizó asonadas, quemas de llantas, bloqueos de carreteras. Y segundo, sobre el tema de la democracia. Realmente Ortega no creía ni en la democracia interna en el FSLN, ni evidentemente creía en los métodos democráticos de hacer política.
—¿Cómo ve al Ortega actual?
Está totalmente aislado. No solo en el contexto de la política nacional, sino dentro de la propia estructura sandinista. No se reúne con nadie. No conversa con nadie. No discute sus decisiones. Aquí no hay un partido ni círculo de influencias relevantes. Todo lo que está alrededor de él son simples ejecutores operativos de sus decisiones políticas.
—Se habla mucho de una similitud entre el gobierno de Ortega y la dictadura somocista contra la que lucharon ustedes…
Tienen muchas similitudes. El régimen de Somoza era familiar y el de Ortega también. Ahora, Ortega tiene un control de toda la institucionalidad del Estado mayor que el que efectuó Somoza. En el gobierno de Somoza, por ejemplo, el Poder Judicial tenía algunos pequeños resquicios de autonomía. Pero en el caso de Daniel Ortega, cero. No existe. Somoza, en algún caso, llegó a castigar a miembros de su ejército y de la Guardia Nacional que cometieron abusos contra ciudadanos. Ortega protege absolutamente a su gente y les garantiza impunidad total. Eso es uno de los elementos que ayudan a que ellos se mantengan cohesionados.
—¿Cómo acabará esta crisis?
Las luchas sociales y políticas no pasan sin consecuencias. Puede ser que en un momento determinado no alcancen su objetivo inmediato, como sacar a Daniel Ortega. Pero Ortega ha quedado muy debilitado, y la resistencia del pueblo lo va a ir debilitando más. Habrá un punto en que él ya no pueda mantener su modelo de continuidad familiar. Él va a salir. No se puede sostener en el largo plazo, es inviable. Y dentro de sus propias filas probablemente va a surgir gente que desafíe su régimen y que busque alternativas para el propio Frente Sandinista.
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