Los Derechos Humanos en la frontera: La doble vulnerabilidad de los migrantes nicaragüenses en Costa Rica
Este flujo migratorio ha puesto en evidencia la doble vulnerabilidad de los migrantes: no solo enfrentan la pérdida de su hogar, sino que también se encuentran expuestos a discriminación, explotación y precariedad en su destino
Donald Muñoz Canales
Desde abril de 2018, tras la brutal represión gubernamental en Nicaragua, miles de nicaragüenses han huido hacia Costa Rica.
Este flujo migratorio ha puesto en evidencia la doble vulnerabilidad de los migrantes: no solo enfrentan la pérdida de su hogar, sino que también se encuentran expuestos a discriminación, explotación y precariedad en su destino.
La crisis en Nicaragua estalló con protestas pacíficas contra las reformas del sistema de seguridad social, que fueron rápidamente reprimidas con violencia por el régimen de Daniel Ortega, resultando más de 300 personas asesinadas, más de 2 mil heridos y más de 2 mil personas que han sido arrestadas arbitrariamente.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las violaciones de derechos humanos fueron graves, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones forzadas.
A raíz de ello, más de 400,000 nicaragüenses solicitaron asilo desde 2018, siendo Costa Rica el principal receptor de esta migración.
La frontera como espacio de vulnerabilidad
El cruce hacia Costa Rica, aunque históricamente accesible, ha sido complicado por el aumento de controles fronterizos, empujando a los migrantes a tomar rutas irregulares.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha alertado sobre el riesgo de estos cruces, donde los migrantes se exponen a redes de tráfico de personas y violencia.
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Una vez en Costa Rica, la falta de un estatus migratorio claro limita su acceso a servicios básicos, y muchos se ven obligados a vivir en condiciones de precariedad mientras sus solicitudes de asilo permanecen en un “limbo legal”, según el Observatorio de Derechos Humanos para Nicaragua.
La doble vulnerabilidad: Ser migrante y nicaragüense en Costa Rica
Uno de los mayores desafíos para los migrantes nicaragüenses es la discriminación y la xenofobia. Aunque ambos países comparten una historia de migración, los migrantes nicaragüenses han sido percibidos negativamente, lo que ha contribuido a su estigmatización.
La pandemia de COVID-19 empeoró esta situación, ya que se les señalaba como responsables de la propagación del virus.
Según la Encuesta Nacional de Hogares 2020 de Costa Rica, el empleo informal afecta significativamente a los trabajadores en sectores como la agricultura y la construcción, lo que sugiere una alta proporción de migrantes nicaragüenses que laboran en estos sectores sin acceso a beneficios sociales y en condiciones de precariedad laboral.
Esto los deja sin acceso a seguridad social y derechos laborales, generando un ciclo de pobreza que también afecta a sus familias en Nicaragua, que dependen de las remesas.
Respuesta Institucional y el Papel de las Organizaciones de Derechos Humanos
Costa Rica ha hecho esfuerzos considerables para apoyar a los migrantes nicaragüenses, con políticas de asilo y apoyo de ACNUR y OIM. Sin embargo, los tiempos de espera para las solicitudes de asilo generan incertidumbre.
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Organizaciones como el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y organizaciones de DDHH que pertenecen a la RedProdepaz Nicaragua han jugado un papel fundamental documentando abusos y ofreciendo apoyo legal y psicológico a los migrantes, contribuyendo a su protección.
¿Una Solución Duradera?
Dado que la crisis en Nicaragua no parece tener una resolución a corto plazo, la migración a Costa Rica continuará.
Se requieren esfuerzos conjuntos entre el gobierno costarricense, la comunidad internacional y las organizaciones de sociedad civil nicaragüenses para proteger los derechos de los migrantes, mejorar el acceso a un estatus legal claro y combatir la xenofobia a través de campañas de sensibilización.
Hasta que Nicaragua no encuentre una solución política, Costa Rica seguirá siendo un refugio, y los migrantes nicaragüenses seguirán mostrando una considerable resiliencia ante la adversidad.
Los nicaragüenses migran a Costa Rica en busca del refugio y la solidaridad que han caracterizado al país vecino, huyendo de la represión y las condiciones de inseguridad existentes. Para muchos, Costa Rica representa un lugar de protección y apoyo frente a la violencia y la persecución política, donde anhelan reconstruir sus vidas con dignidad y en paz.
Donald Muñoz Canales es un activista en DDHH, Libertad y Democracia. Tambien es el presidente de la Fundación para el Desarrollo y la Innovación Social, miembro de la Red ProdePaz Nicaragua.
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