Boliviana de 117 años, sería la más vieja del mundo
Julia Flores Colque todavía canta con alegría en su lengua indígena quechua y toca las cinco cuerdas de una pequeña guitarra andina conocida como el charango, a pesar de una edad registrada de casi 118 años.
En su larga vida, ha sido testigo de dos guerras mundiales, revoluciones en su Bolivia natal y la transformación de su pueblo rural de Sacaba de 3.000 personas a una bulliciosa ciudad de más de 175.000 en cinco décadas.
Su documento nacional de identidad dice que Flores Colque nació el 26 de octubre de 1900 en un campamento minero en las montañas bolivianas. Con 117 años y poco más de 10 meses, sería la mujer más vieja de la nación andina y quizás la persona viva más vieja del mundo.
Pero una portavoz de Guinness World Records dice que no está al tanto de ninguna solicitud y que a Flores Colque no parece importarle que su registro no haya sido confirmado. Ella ni siquiera ha oído hablar del libro de referencia.
En estos días, disfruta de la compañía de sus perros, gatos y gallos. Está lúcida y llena de vida, y ama un buen pastel y cantar canciones folclóricas en quechua a cualquiera que venga a visitar el piso de adobe que comparte con su nieta de 65 años.
"Ella siempre ha sido activa, tolerante y divertida", dijo la sobrina nieta, Agustina Berna.
Mientras crecía, la ahora centenaria llevó ovejas y llamas a las tierras altas de Bolivia hasta que se mudó en su adolescencia a un valle, donde comenzó a vender frutas y verduras. El producto se convirtió en su principal fuente de sustento, y ella todavía mantiene una dieta saludable, aunque se entretiene con ocasionales tortas y vasos de refresco. Nunca se casó ni tuvo hijos.
La persona más vieja del mundo, una japonesa de 117 años, murió a principios de 2018. Nabi Tajima nació el 4 de agosto de 1900. Su fallecimiento aparentemente deja a Flores Colque como la persona viva más antigua del mundo.
Antes de 1940 no se expedían certificados de nacimiento en Bolivia. Previamente los nacimientos se registraban con certificados de bautismo proporcionados por sacerdotes católicos. La tarjeta de identidad nacional de Flores Colque, sin embargo, ha sido certificada por el gobierno boliviano.
Su longevidad es notable en Bolivia, que todavía tiene uno de los niveles de mortalidad más altos de América del Sur, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la división regional de la ONU.
La alcaldía de Sacaba ha nombrado a Flores Colque como patrimonio vivo. La oficina y una fundación privada han mejorado su hogar construyendo un camino de ladrillos donde ella camina, y una ducha y un inodoro con una barandilla para que la centenaria pueda ir al baño por la noche.
Sentada al sol en un banco rústico, parece eterna o como una antigua estatua tallada en piedra. Ella es difícil de escuchar, pero se mantiene alerta y regaña a su perra cada vez que Blanquita intenta aventurarse a la calle.
Hace solo unos años, ella todavía caminaba enérgicamente. Pero luego se cayó y le lastimó la espalda. El doctor dijo que nunca volvería a caminar.
Ella demostró que el doctor estaba equivocado.