¿Por qué se vuelan los techos cuando pasa un huracán?
En esencia, es lo mismo que sucede cuando sostenemos una hoja de papel por el lado corto y lo colocamos junto a nuestros labios. Si soplamos por encima de él veremos cómo se eleva.
Esto es debido al denominado principio de Bernoulli, en honor al físico suizo Daniel Bernoulli, que lo enunció por primera vez en 1738. Así, cuando un fluido, ya sea un líquido o un gas, se mueve a gran velocidad, la presión disminuye.
Las alas de los aviones, por ejemplo, se diseñan para que el flujo de aire que circula por encima de ellas vaya más rápido que el que va por debajo. Esto provoca una diferencia de presión cuyo efecto resultante es la aparición de una fuerza ascensional.
Algo similar ocurre en el caso del tejado: como el aire que viaja por encima va a gran velocidad, la presión que ejerce sobre él es inferior a la que realiza el aire que se encuentra en el interior de la casa. El efecto neto es una fuerza que tira de la estructura hacia arriba.
Ahora bien, puede pasar que esa diferencia de presión no sea la suficiente para arrancarlo. En ese caso, el aire entra dentro de la casa por las aberturas, las presiones se igualan y, en consecuencia, el tejado se desploma sobre la casa, lo que provoca su derrumbe.