¿Sabías que existen avispas que se convierten en “momias” al ser atacadas por una planta?
Investigadores en Florida observaron algo nunca antes visto entre las avispas y una planta. Recientemente, descubrieron que una planta parásita Cassytha nativa de Australia, “chupa la vida” de avispas parasitarias y las deja momificadas.
Las avispas gallaritas o avispas de las agallas (Cynipidae) depositan sus huevos dentro de los robles, donde forman sacos embrionarios conocidos como “agallas” desde los cuales extraen los nutrientes del resto del árbol. Esas pequeñas bolas altamente estructuradas son controladas por la avispa, no por el árbol.
Pero como la planta parásita no puede sobrevivir por sí misma, envían sus raíces por todo el roble chupando nutrientes. Estos pobres robles de Florida estaban siendo doblemente secuestrados: por las avispas de las agallas y la vid planta parásita. Cuando los dos parásitos se encuentran, sucede algo extraño. La planta parásita se adhiere a los crecimientos que contienen huevos depositados por las avispas en la parte inferior de las hojas y comienza alimentarse de los contenidos a medida que la larva madura, dejando finalmente el cadáver momificado de una avispa adulta.
Dentro de una hiel normal, una avispa joven crece y sale por un pequeño agujero en la pared. Pero en este caso, cuando la planta parásita se alimenta de su hiel, la avispa se convierte en un adulto, pero termina siendo un cadáver momificado.
Después del descubrimiento, los científicos buscaron más ejemplos de esta nueva interacción entre dos parásitos. Descubrieron que en 51 casos en los que dicha planta se adhirió a las agallas de avispas, más de la mitad de estas contenía una avispa muerta. En ausencia de Cassytha filiformis, solo en dos de 101 había un insecto muerto.