¿Se puede tener miedo a la Luna?
Seguro que has oído hablar alguna vez de la superluna, momento en que el satélite natural de la Tierra aparece en el cielo nocturno más grande y brillante de lo normal. La superluna, los eclipses, la 'luna roja'... nuestro satélite nos fascina y nos encanta salor a observarlo por las noches. Sin embargo, no es un espectáculo para todos públicos, porque una minoría de la población puede pasarlo muy mal: los que sufren la llamada selenofobia o miedo persistente e injustificado a la luna.
Como ha declarado Mar Gómez, meteoróloga de Eltiempo.es, este tipo de trastornos psicológicos "no entienden de si algo es más o menos bello, y lo que para algunos es muy llamativo, a otros les provoca ansiedad". En este caso, el pánico se acrecienta los días de luna llena, y puede manifiestarse con síntomas físicos como sudoración y palpitaciones. Los afectados llegan a alterarse solo con oír la palabra "luna" o ver una simple foto suya, y evitan salir de casa cuando se oculta el Sol. Pueden llegar a cerrar las ventanas a cal y canto para evitar que se refleje nuestro satélite, especialmente en las noches de luna llena.
La selenofobia suele desarrollarse en torno a los cinco años, a veces como secuela de un episodio traumático relacionado con nuestro satélite o porque algún pariente la ha sufrido. Si la padeces o conoces a alguien que la padezca, lo más conveniente es ponerse en manos de un especialista, ya que más allá de la mera anécdota, esta fobia puede repercutir seriamente en la calidad de vida de quien la padece.
Las técnicas de exposición progresiva –por ejemplo, salir paulatinamente a la calle de noche y empezar a observarla cuando brille poco– y la terapia cognitiva –convencer gradualmente al afectado de lo irracional de su miedo con información objetiva– son los métodos más empleados para superar esta fobia.
Por Pablo Colado