¿Cuán cierto es que a Isaac Newton se le ocurrió la teoría de la Gravedad al ver una manzana caer?
El relato de cómo Newton ideó su teoría gravitacional es uno de las más familiares en la historia de la ciencia.
Empieza en 1665. Newton había estado estudiando desde hacía 4 años en la Universidad de Cambridge cuando la Gran Peste llegó a sus puertas, y se vio obligado a retirarse al relativo aislamiento de la casa de la familia en Woolsthorpe, Inglaterra.
Allá tuvo tiempo para reflexionar tranquilamente y experimentó su annus mirabilis, en el que descubrió la idea clave de su teoría de la gravedad.
Newton mismo describió:
"A principios del año 1665 (...) comencé a pensar en la gravedad que se extendía hasta el orbe de la Luna y ... deduje que las fuerzas que mantienen a los planetas en sus orbes deben ser recíprocamente como los cuadrados de sus distancias desde los centros alrededor de los cuales giran (...)
"Todo esto fue en los dos años de la peste de 1665-1666. Porque en aquellos días estaba en la flor de mi edad para la invención y pensaba en Matemáticas y Filosofía más que nunca".
La manzana y la Luna
Años después, cuando ya era un hombre mayor, Newton le contó a su amigo y biógrafo, John Conduitt, el esposo de su sobrina, exactamente cómo surgieron esas ideas.
Le dijo que, mientras reflexionaba en el jardín en esa época, vio caer una manzana de un árbol bajo la fuerza de la gravedad, y se preguntó si el poder de esta fuerza podría extenderse mucho más de lo que la mayoría de la gente pensaba.
"¿Por qué no tan alto como la Luna? Quizás eso es lo que mantiene a la Luna en su órbita".
Fue un clásico 'momento eureka'.
A menudo se dice que esta idea fue el detonante de la teoría de la gravedad que Newton eventualmente expuso con todos sus detalles matemáticos en su gran trabajo "Principia Mathematica", que finalmente fue persuadido para escribir y publicar 20 años después.
Una teoría que funcionó bien durante 100 de años, y para la mayoría de los propósito,s sigue funcionando muy bien hasta la actualidad: fue la que proporcionó, por ejemplo, todos los conocimientos necesarios para poder enviar humanos a la Luna y lograr que alunizaran hace 50 años.
¿Absurdo?
Hoy en día, los historiadores de la ciencia no creen en historias de "momentos eureka".
La idea de que la ciencia progresa a través de cegadores destellos de visión ha sido reemplazada principalmente por una versión más sobria en la que el conocimiento llega lentamente, a través de trabajo duro, pistas falsas e ideas fallidas.
Incluso para el biógrafo moderno de Newton, Richard Westfall, es absurdo imaginar que él simplemente tenía toda la teoría en su cabeza desde el momento en que cayó la manzana hasta que la puso en papel.
Esa historia, para Westfall, convierte la gravitación en una mera idea brillante, y una sola idea, por brillante que sea, no puede revolucionar la ciencia.
Ahora se sabe que, después de 1665, Newton pasó años de lucha y confusión antes de finalmente entender cómo funcionaba la gravedad.
"El problema con las historias 'eureka' es que comprimen décadas de trabajo en un sólo momento", señala la historiadora de ciencia Anna Marie Roos de la Universidad de Lincoln.
Además, dice, a menudo esconden la verdadera genialidad de los científicos.
En este caso, por ejemplo, la caída de una manzana por sí sola no puede explicar la órbita de la Luna.
Para entenderla tuvo que tener en cuenta otra fuerza que ya había sido formulada anteriormente: la de la inercia.
Básicamente dice que un cuerpo no puede cambiar por sí solo su estado inicial, ya sea en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme.
Lo que Newton dedujo fue que tenía que haber otra fuerza además de la inercia actuando sobre la Luna pues, de no ser así, ésta habría salido disparada en línea recta hace mucho tiempo.
"Entonces tienes: una ley que aplica en todo el Universo, la de la inercia, y la caída de una manzana, que lo lleva a la gravedad".
Es la combinación de esas dos fuerzas la que la mantiene a la Luna en órbita, sin salir disparada ni -como la manzana- estrellarse contra la Tierra.
"Y esa es una característica típica de genios: unir ideas dispares.
"Esa habilidad de tomar sucesos mundanos, observarlos y expandirlos a algo más profundo es lo que les hace geniales", subraya Roos.
Entonces... ¿será que debemos desestimar todos esos románticos "momentos eureka" y desechar esas visiones de científicos bailando de la emoción tras descubrir algo que estuvo por tanto tiempo oculto?
Quizás...
El "momento eureka" se remonta a Arquímedes, quien presuntamente saltó desnudo de su tina en Siracusa en el siglo III a.C. cuando entendió que un cuerpo no puede ocupar simultáneamente el lugar del otro sin desplazarlo.