Asensio vale una medalla
"Nada en la vida se consigue sin esfuerzo”, fue la frase elegida por Luis de la Fuente para su Whatsapp en el día del partido. Y sin sufrimiento, le faltó añadir. No fue hasta el minuto 115 cuando España logró batir la portería de Japón gracias a un gran gol de un Marco Asensio que, poniendo el balón con rosca al palo largo, se reivindicó desde el banquillo y asegura la medalla, sacando el billete para la final contra Brasil este sábado
Y es que España empezó el partido con dudas. Fallando pases y controles impropios de jugadores asentados en la élite. Y eso hizo crecer a una Japón que la dominó más de lo que ninguna otra selección había hecho durante el resto del torneo. Ayudada también en el mal endémico de los de Luis de la Fuente: el gol.
Un cabezazo arriba de Mikel Oyarzabal en el segundo palo en el minuto 5 y un disparo arriba de Mikel Oyarzabal en el m.31 ahondaron en el problema, pero especialmente un mano a mano de Rafa Mir en el m.39 en el que se impuso Kosei Tani en la salida. El hombre gol de España, salvador en cuartos, falló y otra vez volvió el 0-0 al descanso. Catorce empates sin goles en los últimos quince partidos, y el único fue otro empate, a uno frente a Costa de Marfil.
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La suerte no estuvo de su lado este martes en Saitama. En el m.56 llegó la jugada polémica del partido. El colegiado peruano Kevin Ortega pitó penalti tras una entrada de Maya Yoshida sobre Merino que no fue, y así lo decretó comprobando en la pantalla cómo el central japonés llegó antes al balón. Pero la decisión inicial del árbitro condicionó el devenir de la jugada, en la que Mir no pudo rematar un balón que se quedó suelto en el borde del área pequeña.
“¡Era gol, era gol!”, gritaron sin premio los jugadores españoles. Luis de la Fuente intentó darle frescura al equipo con las incorporaciones de Carlos Soler en el centro y de un siempre encarador Javi Puado en banda izquierda para que no se repitiera el guión de los cuartos frente a Costa de Marfil en los que en los últimos 20 minutos bajaron los brazos.
Japón no lo hizo, pero sí cambió el plan. Acusó el esfuerzo de tener las líneas adelantadas durante la primera hora de partido y decidió replegar en campo propio para hacer esfuerzos más cortos en la presión y hacer daño al espacio, donde más sufre España. Y con Kubo como faro. Cuando el jugador del Real Madrid tocaba el balón, todo cambiaba. Siempre con peligro.
Y lo leyó muy bien el técnico Hajime Moriyasu. Al descanso entró Vallejo en el lateral derecho por Óscar Gil, cargado con una amarilla en el m.12, y justo esa posición buscó en cada ataque. En el m.78 firmó la mejor oportunidad de los suyos, dejando atrás por aceleración al defensa español y disparando duro al primer palo, pero Unai Simón le adivinó la intención y pudo despejar.
España no quería la prórroga, y lo demostró en los minutos finales a pesar de no poder evitarla. En el m,88, Rafa Mir pecó de egoísmo y definió al primer palo, teniendo solo dentro del área a Javi Puado, algo que le reclamó el del Espanyol y todo el banquillo. Tani, inseguro en el juego aéreo, se volvió a imponer.
No fue individual dos minutos después, seguro que el del Wolverhampton tenía en la cabeza la anterior, y prefirió ceder a Oyarzabal en vez de rematar en el segundo palo, pero el de la Real Sociedad volvió hacer un remate defectuoso.
Prórroga, con las fuerzas al límite y Japón lo pudo ganar en el m.110. Volvió a aprovechar las dudas de España en los balones parados y Nakayama a punto estuvo de acertar su disparo en el segundo palo, pero no sobrepasó la marabunta de piernas. Esta vez perdonaron los nipones, pero no Marco Asensio.
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El balear fue el damnificado para dar entrada a Rafa Mir en el once titular y no fue hasta el m.83 cuando saltó al terreno de juego; pero siguió el ejemplo del propio Mir en cuartos. Al Asensio postlesión le faltaba la chispa para encarar y chutar que le había llevado hasta la élite, y lo recuperó para las semifinales de los Juegos Olímpicos.
Recibió el balón de Oyarzabal dentro del área, se perfiló hacia la portería y la pegó con rosca al palo largo, imparable para Tani. Medalla asegurada y Brasil espera en la final; el último escollo para repetir el oro logrado en Barcelona’92.
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