Beisbolistas mexicanas esperan una mejor preparación para el Mundial
El pasado agosto México obtuvo por segunda vez en su historia una clasificación a un Mundial femenino de béisbol, a pesar de una reducida preparación sin manejador de 15 días, algo que las peloteras esperan no se repita de cara a la Copa del Mundo.
“Lo correcto sería que nos dieran un seguimiento, pero como no lo hay, cada quien tiene que buscar por su parte cómo entrenarse”, explicó a EFE la lanzadora Rosi del Castillo, quien en 2015 se convirtió en la primera mujer en debutar en una liga profesional en México.
Del Castillo, nacida en Puebla hace 25 años, ha sido la mejor pitcher de México en los dos Premundiales de América. En el primero, en 2019, fue premiada como la mejor lanzadora del torneo.
A diferencia de la mayoría de sus compañeras, su alto nivel en la loma, desde donde lanza una recta de unas 78 millas por hora, le ha permitido jugar béisbol con hombres toda su carrera y no ha sido obligada a desplazarse al sóftbol, a donde son enviadas la mayorías de las mujeres porque en México en considerado un deporte menos rudo.
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Sin embargo, la lanzadora, quien en 2015 debutó como profesional con los Azulejos de Tamanché en la Liga Meridana, admitió que prepararse para representar a México siempre ha corrido por su cuenta, debido al nulo apoyo de la Federación Mexicana de Béisbol.
“Le pago un entrenador para que me mande rutinas de gimnasio y de campo. Lo costeo con mi trabajo en una academia de béisbol en la que entreno a niño”, dijo del Castillo, que juega para los Borregos en la liga de primera fuerza de Puebla.
Cuando las mexicanas se prepararon para el pasado Premundial, disputado en Venezuela, se concentraron en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR) en Ciudad de México.
Las jugadoras que vivían fuera de la capital del país tuvieron que buscar los recursos para viajar a la concentración, pero una vez en el CNAR, recibieron hospedaje y comidas, además de los boletos y la estancia en Venezuela también corrieron a la cuenta de las autoridades deportivas.
“Llegamos a concentrarnos y no teníamos ni campo donde entrenar. Estaban viendo dónde habían campos, horarios, fue una mala organización. No planearon para apoyarnos”, comentó a EFE Luisa Hernández, tercera base de la selección mexicana que obtuvo el pase en Venezuela.
La pelotera, que también integró el equipo en 2019, recordó que los uniformes para el Premundial de 2022, donde México obtuvo medalla de bronce, se los entregaron antes de subirse al avión y varias tuvieron problemas con la talla.
Hernádez, con 32 años, es una de las veteranas de la novena mexicana. A los 16 años tuvo que dejar de practicar béisbol porque ya no le permitían jugar con hombres porque “se podía lastimar”.
Estuvo un tiempo en el sóftbol hasta que en 2019 regresó a la pelota para ayudar a México a obtener un cuarto lugar en el primer Premundial de la historia, cuando las mexicanas aparecieron por primera vez en el ránking de la Confederación Internacional de Béisbol y Sóftbol.
La lanzadora Dafne Mejía es, junto con Del Castillo, otra de las seleccionadas mexicanas que se han aferrado al sueño de practicar béisbol en México, en donde no existen ligas femeninas.
En su caso su madre, Adriana Limón, le ayudó a fundar en 2009 la selección femenina de Ciudad de México, de las más ganadoras en los torneos nacionales.
Las tres jugadoras pidieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, apoyar a la pelota femenina del país como lo hace con la masculina, en la que ha invertido más de 2.000 millones de pesos (unos 100 millones de dólares).
La peloteras están a la espera de la fecha de que la Femebe revele la fecha del Nacional, de donde esperan salga la selección y se conozca al manejador que en menos de cinco meses, en agosto, encare la primera ronda de la Copa del Mundo, que marcará el debut de México en la justa ya que el Mundial para el que clasificaron en 2019 se canceló por la covid-19.