Más de 18 mil trabajadores perdieron sus empleos en empresas de zona francas en Nicaragua
En el último año, más de 18 mil nicaragüenses perdieron sus empleos en empresas de la Corporación de Zonas Francas, lo cual se contradice con el discurso y campaña sobre la pujante economía que destaca en sus medios oficialistas todos los días la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, considera el economista Enrique Sáenz.
“Según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), en agosto del 2022 había en las zonas francas 140,674 trabajadoras y trabajadores, pero en agosto de este año, que es la última cifra oficial publicada, se habían reducido a 122,077, es decir que, en el lapso de un año, perdieron su empleo 18,597 nicaragüenses que laboraban en esas empresas”, revela Sáenz.
En los últimos meses la dictadura de Ortega “ha recrudecido su campaña y propaganda embustera sobre la bonanza económica del país, anunciando que vienen grandes proyectos, que las reservas internacionales del BCNBCN están en nivel record, son patrañas”, afirma.
“Además de esta pérdida de empleo, los mismos registros del BCN revelan que el número de empresas de las zonas francas ha disminuido a lo largo de este año y las exportaciones desde las zonas francas hacia los mercados de destino que son principalmente EEUU y México también han disminuido”, destaca Sáenz.
El economista se pregunta: ¿De dónde salen las campañas triunfalistas embusteras de la dictadura? Lo que pretenden es encubrir esta crisis, comenta.
Desempleados tienen solo 3 caminos
También se pregunta; ¿Qué significa que más de 18.000 trabajadores y trabajadoras hayan perdido su empleo? Esto tiene varias consecuencias, la primera es en las mismas familias que dejarán de percibir un ingreso, que, a pesar de los bajos salarios en las zonas francas, al menos le permitía a mujeres y varones costearse algunas necesidades.
El especialista asegura que los desempleados en NicaraguaNicaragua solamente tienen tres caminos: uno el camino hacia la migración, del cual Ortega dice que es resultado de las sanciones. El otro es ir a la economía informal como trabajadores ambulantes o poner un caramanchelito (pequeño negocio).
“Y el tercer camino es acogerse a la solidaridad de la familia, ya sea con el apoyo de quienes están en el exterior con las remesas o un hermano, un primo, el padre o los mismos hijos, para poder tener la comida de todos los días”, plantea Sáenz.
Menos aporte a la Seguridad Social
Los miles de trabajos perdidos en empresas de zonas francas también tienen otras repercusiones sobre la seguridad social, afirma Sáenz.
“Porque el grueso de quienes sostienen al INSS, una parte significativa son los trabajadores de zonas francas, pues en su gran mayoría están afiliados a la Seguridad Social, de modo que en agosto del 2022 hace un año lo afiliados al INSS de estas empresas representaban casi el 20%, uno de cada 5, o bien 20 de cada 100 y eso de alguna manera, pues contribuye a los ingresos de la Seguridad Social”, explica el economista en el exilio.
Con el desplome del empleo en las Zona Francas Zona Francas este porcentaje ha disminuido y ahora representan el 15% aproximadamente, es decir, repercute también en el agravamiento de la crisis de la seguridad social.
¿Por qué oculta esta crisis el régimen?
“El régimen de Ortega quiere mostrar una imagen de éxito donde hay fracaso, quieren proyectar una imagen de bonanza donde hay pobreza y de este modo acallar el malestar y la inconformidad ante la gestión desastrosa de la dictadura”, reflexiona Sáenz.
El especialista refiere que la dictadura oculta que la burbuja de la economía economía se mantiene básicamente gracias al trabajo de los nicaragüenses en el exterior, es decir a las remesas, porque dentro el país, lo que ocurre en las zonas francas, también ocurre en otras empresas.
“Entonces tenemos que poner sobre la mesa que hay una crisis oculta en las zonas francas, que se expresa en empresas que cierran, en exportaciones que disminuyen y lo más doloroso trabajadores varones y mujeres que son lanzados a la calle, a la pobreza a la penuria, a la incertidumbre a la angustia de no tener un ingreso”, considera Enrique Sáenz.