Economía de malestar en Nicaragua: Crecimiento sin desarrollo humano
El economista Marco Aurelio Peña catalogó la situación económica de Nicaragua en 2024 como una "economía del malestar". Aunque el país muestra un crecimiento económico proyectado del 4%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), este no se traduce en un aumento del bienestar de la población.
Según Peña, la razón principal es que el crecimiento económico carece de desarrollo humano, un concepto que en economía se basa en el enfoque de capacidades y libertades fundamentales. En Nicaragua, la falta de un régimen democrático limita estas libertades y frena el potencial innovador y transformador de las fuerzas del mercado.
Crecimiento económico en desaceleración
En una entrevista a 100%Noticias, Peña explicó que el FMI proyectó que Nicaragua cerrará el 2024 con un crecimiento del 4%FMI proyectó que Nicaragua cerrará el 2024con un crecimiento del 4%, menor al 4.6% registrado en 2023. Para 2025, la tendencia seguirá a la baja, con una proyección de apenas 3.8%. Esto refleja una economía que, aunque crece, lo hace "a paso de tortuga", según Peña.
Señala que el crecimiento económico mide la capacidad de producción de bienes y servicios finales en un año, pero no dice mucho sobre el bienestar de las familias. ¿Cómo paga una madre nicaragüense que trabaja en una zona franca el sustento diario? ¿Cómo resuelven las familias el alza imparable de la canasta básica?, cuestionó.
Costo de la canasta básica y salarios bajos
La canasta básica en Nicaragua supera ya los 550 dólares, mientras que el salario promedio está muy por debajo de esa cifra. El salario mínimo más alto, correspondiente al sector de construcción y servicios financieros, es de aproximadamente 12,803 córdobas, es decir unos 355 dólares. Por otro lado, el salario mínimo más bajo, en la actividad agropecuaria, apenas alcanza 5,721 córdobas, menos de 160 dólares al mes.
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Estas cifras colocan a Nicaragua entre los países con los salarios más bajos de América Latina y Centroamérica. Según Peña, el problema radica en la productividad y competitividad total de los factores de producción, algo que no se puede resolver con decretos o fuerzas represivas.
“Nicaragua no presta las condiciones para que las familias lleven a cabo su propio proyecto de vida, ¿por qué? porque se trata de un país en el que 4 de cada 10 empleos se trata de un sub empleo”, expresó.
Informalidad y subempleo
En Nicaragua, cerca del 75% de la población ocupada trabaja en la informalidad laboral, lo que significa que no tienen garantías laborales ni estabilidad. Además, cuatro de cada 10 empleos corresponden a subempleos, trabajos inadecuados que no garantizan ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas.
“El subempleo no es otra cosa que un infra empleo, un empleo inadecuado donde la gente está sujeta a explotación o simplemente está trabajando medio tiempo porque cerca del 75% de la población ocupada se desempeña en la informalidad laboral, eso significa que no tiene garantizado un contrato de trabajo con prestaciones laborales y por tanto los salarios son demasiados bajos”, explicó.
En este punto, señaló que es fácil medir el crecimiento económico con años anteriores, pero la clave está en comparar a Nicaragua en la carrera por la economía regional.
“Seguimos estando en la cola del tren de la economía latinoamericana. El Banco Mundial dice que el país tiene un gran potencial de desarrollo, pero sigue siendo uno de los países más pobres de la región, aunque la apertura comercial ha aumentado las exportaciones de Nicaragua consisten principalmente en productos de baja complejidad”, señaló
A esto se suma un clima de negocios deteriorado por la falta de seguridad jurídica, un sistema judicial sometido al poder político y un entorno marcado por sanciones internacionales. Sin embargo, según Peña, algunos inversionistas extranjeros ven atractivo en Nicaragua debido a los bajos costos de la mano de obra y los impuestos reducidos.
Migración y remesas: Sostén de la economía
Uno de los problemas más evidentes es la migración masiva de nicaragüenses. Cerca del 10% de la población ha emigrado hacia países como Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá. Estas personas no son contabilizadas en las cifras oficiales de desempleo, pero su salida no responde a mejores condiciones económicas, sino a la falta de oportunidades en el país.
Las remesas familiares enviadas por los migrantes superan los 4,000 millones de dólares anuales, de los cuales el 80% proviene de Estados Unidos. Estas remesas representan un tercio del ingreso nacional y son el principal sostén del consumo interno.
“Un tercio del ingreso nacional, se está generando fuera de la frontera de Nicaragua por nicaragüense y eso está ayudando a sostener el consumo nacional no es gracias al gobierno, es a pesar del gobierno que en realidad es un obstáculo para el desarrollo económico humano y sostenible”.
Agrega que “si hay crecimiento económico a base de exportaciones, es precisamente por el sector exportador que sigue vendiendo mercancías de baja complejidad, pero que siguen siendo demandados en los mercados internacionales porque son bienes primarios”.
La relación con China: Sobrevivencia política del gobierno
La alianza con China continental responde, según Peña, a intereses de sobrevivencia política y no a criterios económicos. China ve a Nicaragua como un socio menor, mientras que el gobierno nicaragüense busca afianzar su poder a toda costa. A pesar de esta relación, Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial del país.
“China continental es un país con intereses geoestratégicos y económicos en América Latina, entonces este régimen por intereses políticos y no económicos ha hecho todo lo posible para aliarse a China, es decir a Nicaragua le interesa la relación con China pero no tanto a China con Nicaragua”.
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Sostiene que Estados Unidos no va a dejar de ser el principal socio comercial de Nicaragua ni tampoco va a dejar de ser un socio comercial importante la Unión Europea, aunque advierte que las relaciones políticas internacionales podrían terminar perjudicando sus relaciones económicas regionales e internacionales.
“La parte política está molestando cada vez más y termina incidiendo negativamente y termina restringiendo negativamente el desarrollo y el progreso económico del país. Esta introducción de capitales chinos en el sector comercial nicaragüense en condiciones anticompetitivas”, expresó.
Expectativas para 2025: Desaceleración y malestar económico
Respecto a las proyecciones para el 2025 no son alentadoras. La economía nicaragüense seguirá desacelerándose, con un crecimiento previsto de 3.8%, mientras que los problemas estructurales como la corrupción, la informalidad laboral y el subempleo persistirán.
Para Peña, Nicaragua enfrenta un crecimiento económico frágil y desigual, donde las remesas y los emprendedores son los verdaderos motores de la economía. La falta de libertades y la concentración del poder político siguen siendo los principales obstáculos para el desarrollo humano y económico del país.