ARTESANOS NICAS CONVIERTEN NEUMÁTICOS EN BELLOS ADORNOS

Francisco Moreno, un robusto artesano que no sabe leer ni escribir, llega al basurero municipal de la ciudad de Masaya en busca de insumos para una peculiar industria: la elaboración de muebles y adornos con neumáticos de desecho.
Bajo un sol abrasador, espanta moscas y zopilotes y recoge las primeras dos llantas del centenar que necesita para el trabajo de un mes.
"Me gusta lo que hago, de la basura salen muchas cosas para trabajar", declara a la AFP mientras se abre paso con sus botas viejas, seleccionando las menos gastadas y malolientes entre las llantas que abundan en el vertedero, en lo alto de una meseta en Masaya.
Este artesano de unos cuarenta años vende sus productos en un puesto sobre la carretera principal de Masaya, 30 km al sur de la capital.
Del basurero rescata un buen número de llantas viejas y las traslada hasta su puesto, que también le sirve de taller. Con un afilado cuchillo comienza a moldear la figura de un tucán, lo pinta con los vivos colores del ave y lo cuelga junto a otras artesanías.
"Un pájaro blanco que tenía ahí se fue para los Estados Unidos", comenta entusiasmado sobre la reciente venta que hizo a un turista que pasó por Masaya, tierra de artesanos y bellos pasajes, con más de 350,000 habitantes descendientes de indígenas chorotegas.
Seguidamente, se sienta en un juego de comedor que construyó con al menos 25 llantas en las que aún se pueden leen las marcas de origen.
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Un comedor con 25 llantas

Francisco Moreno utiliza el gaucho para hacer macetas con forma de aves, tortugas, culebras y marcos de espejos. -
El reciclaje de llantas --al que se dedica hace tres años-- le aporta 360 dólares al mes, el triple del salario mínimo de un obrero agrícola. Con esto es capaz de ayudar a mantener a sus cinco hijos.
Francisco forma parte de un contingente de 10,500 familias nicaragüenses que reciclan "basura" para venderla o convertirla en materia prima de negocios manufactureros.
Unas 100,000 llantas son desechadas al año en el país, la mayoría de las cuales van parar a los basureros, ríos, lagos o al mar, según estimaciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic).
Sin embargo, alrededor de 50 familias y tres cooperativas de Managua, Masaya, Somoto (norte) y la caribeña Corn Island (Isla Maíz), rescatan una parte de estos desechos para fabricar artesanías.
- La mayoría de los artesanos forman parte del 42,5% de la población nicaragüense que vive en la pobreza, según datos del Banco Mundial.
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