Mujeres campesinas logran posesionarse en la actividad de mercado en Somoto
La mayoría de los productos perecederos (frutas, verduras y legumbres) que a diario consume la población urbana de Somoto son cultivados en las finquitas de familias de comunidades pobres de varios municipios de este departamento, donde las mujeres campesinas diversifican sus siembras para sobrevivir.
Alrededor de unas 73 mujeres campesinas llegan a diario cargadas con sacos, baldes plásticos, canastos y bolsas conteniendo limones indios y mandarina, naranjas, aguacates, chayas, pipianes, ayotes, malanga, plátanos, bananos, chiles, chiltomas, hojas de chicorea, hierva buena, orégano, espinacas, hojas de plátanos, huevos de gallina y hasta algunas plantas medicinales que junto a su familia cultivan en sus parcelas de tierras (de 1 a 2 manzanas) que poseen.
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Estas humildes mujeres del campo proceden de comunidades, en su mayoría indígenas, pobres de los municipios de San Lucas, Las Sabanas, San José de Cusmapa, Totogalpa, Yalagüina y Palacagüina, en el departamento de Madriz, para ubicarse en andenes de los alrededores del mercado municipal y otras en aceras de algunas calles de la ciudad de Somoto, donde ofertan y comercializan productos que cultivan en sus parcelas de tierra como una forma de generar directamente ingresos económicos para sus hogares.
“Antes nosotras vendíamos lo que cultivamos en nuestras tierras a comerciantes vivianes que llegaban a comprarnos para después ellos revenderlos a buen precio en el mercado de Somoto, y a nosotras nos pagaban lo que ellos querían, o sea que nosotras vendíamos a guate mojado, y ahora muchas aquí hemos aprendido a ofertar nuestro producto directamente al consumidor, el que termina pagando a precio justo y favorable”, explicó Ernestina del Socorro López Turcios, de la comunidad indígena de Santo Domingo, zona del municipio de Totogalpa, en Madriz.
Así como ella, unas 73 mujeres viajan a diario desde sus zonas hasta la ciudad de Somoto para ubicarse en aceras y andenes para comercializar sus productos, “Hemos aprendido junto a nuestros hijos a sembrar variedades de productos, mientras nuestros maridos se dedican al cultivo tradicional de Maíz, frijol y sorgo”, explicó Amanda Isabel López Garmendia, de la comunidad indígena de Moropoto, en el municipio de San Lucas, Madriz.
“Hoy solo traje unas cuantas docenas de estos limoncitos mandarina, porque el limón indio casi ni se encuentra ahora, para hacer el día y llevar para el consumo de la casa”, comentó Juana Francisca Miranda, quien viaja todos los días desde la comunidad El Castillito, en el municipio de Las Sabanas, zona de Madriz, donde junto a su esposo e hijos han ido diversificando la pequeña parcela de tierra de una manzana con la siembra de productos no tradicionales.
Doña Juana Francisca Miranda es una campesina muy conocida en las inmediaciones del mercado de la ciudad de Somoto, donde todos los días llega muy temprano cargando baldes y bolsas plásticas o sacos y canastas con productos tales como limones, naranjas, plátanos, bananos, chiles, chiltomas, aguacates, yucas y otros como la hoja de plátanos muy usadas para cubrir la masa de nacatamales.
La comercialización de productos perecederos del campo de zonas del departamento de Madriz ha ido sustituyendo poco a poco la introducción tradicional de frutas, verduras y legumbres procedentes de zonas como Chinandega, León Masaya, Granada, Boaco, Matagalpa, Managua y Estelí.
“Hasta nosotros mismos estamos comprando producto local, porque sale más barato para el consumidor porque reducimos costos de comercialización”, apuntó Luis Armando García Tercero, comerciante minorista de la ciudad de Somoto, en Madriz.
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