Cifra de fallecidos por aludes en el sur de Perú sube a 18
La cifra de fallecidos tras el paso de aludes el lunes anterior en la provincia de Camaná, ubicada en el sur de Perú, aumentó a 18 personas, confirmaron este sábado tanto el ministro de Defensa, Mariano Valcárcel, como el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Valcárcel explicó en la emisora RPP que hasta el momento había 15 víctimas mortales confirmadas, pero que tras las labores de búsqueda en la zona, esta cifra ha subido a 18.
Este lunes, varios aludes, conocidos como "huaicos" en el país y ocasionados por las lluvias intensas, arrasaron varios centros poblados de la provincia arequipeña de Camaná.
El último informe del Instituto Nacional de Defensa Civil indica que 13 fallecidos eran de la zona de Secocha, cuatro murieron en un accidente vehicular en el sector Urasqui y una persona fallecida fue recuperada en la localidad de Pampaylima.
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Aún no están todas las víctimas identificadas, pero al menos hay confirmados dos niños y un bebé fallecidos.
Además de las 18 muertes, el informe del Indeci indica que sigue habiendo 20 desaparecidos y 27 heridos.
A raíz de estos aludes, el Gobierno declaró en estado de emergencia al distrito Mariano Nicolás Valcárcel, uno de los que más sufrió las consecuencias de estas avalanchas.
El reporte indica que hay 496 viviendas destruidas, 30 viviendas inhabitables y 1.065 afectadas.
Además, el Ministerio de Vivienda confirmó igualmente en un comunicado que al menos 400 casas han quedado dañadas tras el paso de los aludes.
También hay afectados establecimientos de salud, vías de comunicación, infraestructura educativa, servicios básicos, local público e infraestructura de riego.
Este martes, un día después de que los aludes arrasaran varios centros poblados, EFE pudo constatar que estos dejaron las calles de Secocha llenas de escombros y viviendas destrozadas.
Cientos de vecinos buscaban entre el lodo pertenencias y recuerdos, y explicaron que sintieron el alud "como una ola gigante" que rompió en lo alto de la montaña y que les obligó a escapar de forma repentina.
Muchas de las viviendas estaban hechas con materiales prefabricados, algo muy habitual en pueblos dedicados a la minería informal y construidos en cerros de la zona, pero el alud también afectó a casas construidas con ladrillos.