La polarización en Cuba forma parte de una crisis general,dice el académico Andrés Ordóñez
El académico mexicano Andrés Ordóñez lamentó este sábado los radicalismos en los debates sobre la Revolución cubana y consideró que no son algo exclusivo de la isla, sino una tendencia en el mundo de hoy.
"Estamos viviendo tiempos de polarización. Esa intolerancia, esa propensión a descalificar al otro, no es exclusiva de los cubanos; es parte de la crisis de Occidente. Estamos en un momento muy difícil", opinó el doctor Ordóñez en entrevista con EFE.
El ensayista, poeta y diplomático presentará en los próximos días en México su nuevo libro, "El mito y el desencanto", un ensayo sobre la literatura y el poder en la Cuba revolucionaria, en el que analiza el papel de los escritores en la isla y se refiere a momentos clave de la historia del país.
"Uno de los propósitos de mi libro es no descalificar; mi interés es entender a unos y a otros desde las limitaciones de mi extranjería, pero también a partir de mi profundo amor por ese país", dijo Ordóñez, quien fue diplomático en La Habana en la presidencia de Vicente Fox (2000-2006).
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El autor recorre en su obra el canon literario cubano y se detiene en cuatro de los principales novelistas de la isla: Norberto Fuentes, Leonardo Padura, Pedro Juan Gutiérrez y Abel Prieto.
UN VACÍO EN EL ARTE DE ESCRIBIR NOVELAS
"El mito y el desencanto", editado por Planeta, se detiene en momentos clave de la historia de Cuba y hace un recorrido por la literatura cubana.
La obra considera como momentos de quiebre el caso del poeta Heberto Padilla, a quien obligaron a inculparse como contrarrevolucionario en 1971, y el fusilamiento, en 1989, del General Arnaldo Ochoa, uno de los héroes más queridos en ese país.
"Hay dos hechos en la cultura cubana muy importantes; el caso Padilla y el juicio a Ochoa y sus allegados. Ahí hubo un quiebre en la argumentación de la Revolución que había sido tan potente, en términos de la autoridad moral", aseguró.
Al referirse al arte de escribir novelas, Ordóñez acepta que acercarse a las obras de ficción será en el futuro una manera de conocer la historia de un país en el que el periodismo es controlado por el gobierno y solo algunos medios independientes pueden denunciar.
"Hay vacíos. Por ejemplo, no se ha escrito la gran novela sobre la guerra de Angola; Padura y otros tocan el tema, pero de manera indirecta; el fenómeno Angola es algo que los protagonistas de la cultura cubana, o no tienen todavía la distancia crítica para abordarlo, o implica un fenómeno doloroso", cuenta.
ESPACIOS PARA LAS COINCIDENCIAS
Para el oficialismo en La Habana, quien tiene una opinión contraria es un gusano, un ser despreciable que no está contra el Gobierno, sino contra el país.
Similar es la actitud de los radicales de la oposición, adoradores de Donald Trump, que califican de comunista, ofensa mayor en su vocabulario, a quien proponga dialogar.
"Yo no lo veo imposible (la posibilidad del diálogo Miami-La Habana). Hay sobre todo en los jóvenes del sector ilustrado, más cultivado, una actitud distinta, cada quien en su punto de vista. Es posible tender puentes. En eso soy un optimista", insistió.