Voz de América destaca historia de nicaragüense que narró travesía de migración a EE.UU
Erasmo Aragón, de 19 años, tomó la decisión de salir de Nicaragua junto a su hermano Onell Aguirre de un momento a otro. La nueva reelección de Daniel Ortega que se vislumbraba significaba para ellos más acoso y persecución.
Por más de un año los hermanos fueron hostigados por policías que se apostaban en el exterior de sus viviendas en la ciudad de Granada, al sur de Managua.
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Onell también recibía constantes citaciones para reportarse a un oficial de antinarcóticos, “lo cual es algo ilógico. Nunca tuvimos manchado nuestro récord ni estuvimos vinculados al mundo delincuencial ni nada por el estilo. Lo único que querían era encontrar una manera de inventar cargos y arrestarlo de nuevo”, dice Erasmo a la Voz de América.
Los hermanos, que estuvieron en prisión tras las protestas en Nicaragua en 2018, salieron rumbo a Estados Unidos para entrar en ese país de forma irregular el viernes 17 de septiembre de 2021.
El viaje duró 25 días y pasaron todo tipo de dificultades que nunca imaginaron. “Mi vida estaba normal, mi vida estaba bien. Yo estaba estudiando mi carrera universitaria, que es una de las cosas que más extraño”, comentó Erasmo.
“Meses antes de que se dieran las elecciones en Nicaragua, la farsa electoral, ya empezaba el hostigamiento, como siempre, de parte de la policía, diario, no faltaban en la casa, tomando fotos, videos, las patrullas de la policía pasando en todo momento por la casa. Eso se vuelve insoportable. Llega un momento en el que vos decís no, ya basta. No se puede vivir acá y es lo que nos obliga realmente a salir del país”, relató.
Tras entregarse a las autoridades migratorias estadounidenses, los hermanos permanecieron detenidos por más de un mes hasta que finalmente fueron liberados y están a la espera de obtener un asilo político y un permiso de trabajo para poder estabilizar su situación económica.
El joven opositor ve su exilio como una oportunidad para iniciar una vida prácticamente de cero y espera poder volver a Nicaragua pronto, aunque de momento menciona que es algo imposible.
“La idea de regresar a tu país en poco tiempo es casi inexistente porque Ortega se acaba de reelegir y son cinco años más que va a estar en el poder. No va a soltar el poder ahorita. Quizás podríamos regresar en unos 10 años, 15 años, esperando, siendo optimistas de que todo vaya a cambiar”, lamenta.
Bendiciones para emigrar
Casos como el de los hermanos Erasmo y Onell son cada vez más comunes en Nicaragua desde 2021, cuando se agudizó la crisis sociopolítica que se vive en el país centroamericano.
Los religiosos, que son unas de las pocas voces que quedan en Nicaragua, mencionan que en las comunidades rurales se ha hecho una constante que las familias lleguen a pedirles la bendición para salir del país.
“Los sacerdotes desde el año pasado me dicen: monseñor, dese prisa, venga a celebrar las confirmaciones porque nuestros muchachos se están yendo del país. Jovencitos me dicen: deme su bendición porque mañana me voy”, dijo el obispo nicaragüense Rolando Álvarez durante una actividad religiosa.
La Embajada de Estados Unidos en Managua también ha hecho declaraciones en sus redes sociales en medio del flujo migratorio irregular que se ha disparado en los últimos meses y advertido que “si se llega de manera irregular, solo o acompañado a la frontera de EE. UU. será deportado inmediatamente”.
“No crea en las mentiras de los coyotes, no inicie un viaje en vano”, han advertido las autoridades estadounidenses en Managua.
Así y todo, los nicaragüenses se han sumado a las caravanas que han salido de países vecinos como Honduras y Guatemala.
El 15 de enero, a tan solo cinco días después de la toma de posesión de Ortega, salió de Honduras la primera caravana, que según el medio Contracorriente estaba formada por unos 600 migrantes y casi la mitad eran nicaragüenses “huyendo del régimen de Ortega”.
Un hombre que iba en la caravana dijo al medio digital Contracorriente que salía de Nicaragua por “los encarcelamientos y secuestros” del gobierno de Ortega, aunque no quiso dar su nombre “porque nuestras familias están allá y los pueden fregar”.
“Estamos con un gobierno que es capaz de todo”, dijo el migrante nicaragüense.
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Sin embargo, la seguridad de Guatemala bloqueó el paso de los migrantes y los devolvió a Honduras, desde donde partieron, según reportaron medios locales.
Desde el inicio de la crisis sociopolítica, más de 100.000 nicaragüenses se han exiliado. Entre sus principales destinos se encuentran Costa Rica, España y Estados Unidos.