Los venezolanos que transitan Centroamérica y tienen como destino Estados Unidos recibieron con tristeza el anuncio de la administración Biden que busca frenar el flujo migratorio de las personas que lleguen a esa nación de forma irregular y no cuentan con un patrocinador.

Para un grupo de venezolanos que se encuentran en San José, Costa Rica, la noticia dada a conocer este miércoles les cayó como un balde de agua fría, así lo explicaron al medio Nicaragua Actual.

Con cinco meses de embarazo, la caraqueña Dayana Hernández, es una de las migrantes que acompaña este grupo y viaja junto a su hermana, su sobrino, sus primos y su hijo enfermo. Ella vende dulces para obtener dinero y continuar su viaje hacia el Norte.

“Espero llegar a mi destino, aunque la noticia me afligió bastante, porque al final de cuentas todos vamos para adelante pensando en un futuro mejor para nuestros hijos”, dice esperanzada, “Dios nos va ayudar a pasar”.

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Uno de los viajeros es médico de profesión y detalla que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informó de la creación de un nuevo alivio migratorio para los venezolanos que dispongan de un sponsor en EE. UU y la noticia lo entristeció.

En este punto, el DHS devolverá a México a los venezolanos que sean interceptados después de atravesar la frontera sur y que no tengan patrocinador en EE. UU, informó Efe.

“Nosotros vamos para adelante, aquí no se rinde nadie, ya también vimos una noticia que dice que México necesita de 75 mil migrantes y si nos toca quedarnos en México, lo vamos hacer. Llegaremos a México, trabajaremos en México y algún día tendrán que abrir las fronteras”, refirió el doctor Fidel José Reinosa.

“Nosotros salimos con un propósito y nadie lo va a reemplazar, porque si nos toca quedarnos en Guatemala, nos quedaremos ahí o si toca México”, señaló Reinosa que ninguno está pensando en retornar a Venezuela.

Por su parte, un padre de familia refirió que dejó todo, vendió sus bienes en Venezuela para perseguir el sueño americano. “Es fuerte para nosotros que nos digan que ya cerraron la frontera cuando estamos durmiendo en la calle con nuestros hijos”, agregó. “Los niños sufren mucho, pasan mucha hambre. Mi hijo tiene un problema en el estómago porque pasó cuatro días y medio sin comer en la selva del Darién”, precisó.