Hermano de expolicía “La Diabla” delicado tras sufrir accidente laboral en EEUU
Francisco Javier Pineda Pineda, de 34 años, sufrió un accidente laboral el 20 de abril cuando trabajaba en una construcción, su arnés se soltó y cayó varios metros, sin embargo fue sometido a dos operaciones y es posible que este sábado sea dado de alta confirmó a 100%Noticias su hermana Jeysi Lagos Rivera, una expolicía y expresa política originaria de Jinotega, mejor conocida como La Diabla.
“En estos momentos se encuentra en cirugía lleva más de dos horas en sala de operaciones, sus dos brazos están fracturados y tiene una fractura en la cara”, expresó Lagos Rivera en sus redes sociales un día después del accidente. Los hermanos llevan dos años viviendo en Estados Unidos tras huir del régimen de Ortega y Murillo.
La preocupada hermana acompañó el texto con cuatro fotografías de su hermano por quien además solicitó oraciones pues ese mismo día estaba siendo sometido a su segunda cirugía que le tomaría unas tres horas para luego continuar su recuperación con terapias. “En estos momentos se encuentra en cirugía lleva más de dos horas en sala de operaciones”, precisó Lagos Rivera.
Este 22 de abril, Lagos Rivera expresó que desconocen si la compañía para la que su hermano trabaja se hará cargo de los gastos médicos y el proceso de recuperación, pero esos detalles los verá luego porque ahora lo que desea es que Pineda salga del hospital.
De los tranques a la cárcel y de la cárcel al exilio
Jeysi Lagos Rivera fue policía por más de siete años hasta 2015 que decidió desvincularse de la institución para mejorar su economía con las protestas antigubernamentales del 2018 a esta exoficial le ofrecieron reintegrarse a las filas del orden, sin embargo, ella rechazó la propuesta y se unió a la oposición jinotegana dirigiendo uno de los tranques, fue encarcelada once meses, pero el asedio hacia ella y su familia continuó hasta que en 2021 tomó la decisión de emigrar a Estados Unidos.
En abril de 2018, miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia de Ortega tras responder con la fuerza.
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Las protestas dejaron al menos 355 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos nicaragüenses elevan la cifra a 684, mientras que Ortega reconoce que fueron “más de 300” y mantiene que se trató de un intento de golpe de Estado.