A 5 meses de su destierro, excarcelados nicaragüenses reconstruyen sus vidas con trabajo y familia
Como mesero en un restaurante, así se gana la vida el ex reo y desterrado político Carlos Bonilla López, alias “Conejo”, quien asegura que no llegó a “descansar” a Estados Unidos sino a trabajar y a seguir en la lucha por la libertad de Nicaragua.
En una entrevista, Bonilla compartió que cuando llegó desterrado desde Nicaragua a Washington sintió que llegó a un mundo completamente desconocido porque tenía que enfrentarse a la barrera del idioma.
“No sabíamos que nos esperaban personas nuevas, idioma nuevo para nosotros porque no hablamos inglés. El sistema es muy diferente al que estábamos acostumbrados”, expresó.
Agradece a la administración de Joe Biden por permitir que los desterrados nicaragüenses accedieran de forma rápida a permisos laborales.
“Se priorizó la agilización de documentos, por ejemplo, el permiso laboral, el social. Escuchamos a otras personas que vinieron de otra manera que les tocó la travesía difícil, que le toca a todos los migrantes, en ese sentido tuvimos la agilización de esos documentos, tuvimos personas que nos apoyaron al tenernos en sus casas durante ese tiempo mientras nos salían los documentos y buscamos un empleo para sobrevivir”, contó Bonilla.
5 meses después de su excarcelación, Carlos Bonilla trabaja como mesero en un restaurante y alquila una casa junto a cuatro excarcelados más en Washington DC.
“Estamos echándole ganas, como nos caracterizan a todos los nicaragüenses trabajadores, donde vayamos la gente habla bien de nosotros, no vamos a hacer la excepción, unos piensan que tal vez venimos a descansar, pero estamos demostrando de que podemos y vamos a seguir adelante siempre enfocado en la lucha y la libertad de Nicaragua”, manifestó.
El ex prisionero sostiene que se mantiene en la lucha por la liberación de los reos políticos “siempre estamos pensando en Nicaragua, en nuestra familia, en nuestros hermanos que siguen secuestrados, en todas esas personas que no tienen las pruebas como perseguidos desgraciadamente, pero estamos estamos pendientes de ellos”.
Carlos Alberto Bonilla López, originario de Managua, fue detenido arbitrariamente en 2018, luego fue liberado bajo la “Ley de Amnistía” en 2019, posteriormente se exilió en Costa Rica, pero ese mismo año decidió retornar a Nicaragua siendo capturado nuevamente por el régimen de Daniel Ortega.
Reencuentro con hijos
La historia de la activista Eveling Pinto es otra. Esta defensora de derechos humanos tenía a su hija y nieto viviendo en Estados Unidos, por lo cual cuando fue desterrada logró reencontrarse con su familia.
“He tenido la gran suerte, la gracia de Dios que me puso en este país donde tengo a mi hija y a mi nieto, entonces es una ventaja enorme en comparación a muchos de los 222 que vinieron a casa de personas que les acogieron con mucha solidaridad, pero en mi caso fue mi mi hija”, contó Pinto.
Asegura que en EEUU ha recibido atención médica y la agilización de sus documentos “me ha ayudado a hacer todas las gestiones con mis documentos legales, me ha facilitado muchísimo la recuperación emocional y médica. Mi salud está estable porque tengo atención médica, voy a verme con el especialista en los próximos meses. Tengo mis medicamentos”, comenta.
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Recuerda que su salud física se complicó en prisión debido a que padece de insuficiencia renal crónica “yo tomaba pastillas para la presión de manera regular, pero en la cárcel la presión se me disparó completamente, me volví hipertensa crónica completa, puede ser debido al problema renal a consecuencia del estrés y en la condición en las que estaba, me ha costado un poquito estabilizarme, pero voy mejorando”.
Asegura que la cárcel no logró destruir su espíritu, su mente, alma y cuerpo “un gran alivio, no lograron destruirme en mi espíritu aquí estoy firme”.
La defensora de derechos humanos Eveling Pinto, de 63 años, fue condenada a ocho años de prisión e inhabilitada para ejercer cargos en Nicaragua, tras ser declarada culpable de delitos considerados traición a la patria y propagación de noticias falsas.
La defensora fue capturada el 6 de noviembre de 2021, en la víspera de los comicios en los que Daniel Ortega se asignó su quinto mandato, cuarto consecutivo, y segundo con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.