Diáspora clave para recomendar empleos a excarcelados nicaragüenses desterrados a EEUU
La vida de los ex presos políticos nicaragüenses desterrados por el régimen de Daniel Ortega ha dado un giro de 180 grados en Estados Unidos, este es el caso de Mildred Rayo y Michael Rodrigo Samorio Anderson, quienes luchan a diario por sobrevivir y adaptarse a sus nuevos empleos.
En una entrevista con 100%Noticias, Mildred Rayo, ex prisionera política y Secretaria Nacional de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) compartió que antes de ser detenida arbitrariamente trabajaba como analista de calidad en un Call Center; ahora en su destierro ha realizado diversas tareas desde limpiar casas a trabajar en un frigorífico.
“Era analista de calidad, mi trabajo era en oficina todo el tiempo, me cercioraba que todo estuviera bien, que la comunicación cliente-asesora, estuviera correcta. En efecto el cambio fue duro, porque trabajar en una oficina te da mucha comodidad, estabilidad económica y llegar acá y tener que volver a empezar desde cero fue difícil”, expresa.
Reconoce que algunos trabajos en EEUU son desgastantes por las largas horas que emplean “Algunos trabajos no son duros, pero son desgastantes porque estar limpiando apartamentos casi 12 horas. Yo salía de la casa donde me estaba hospedando a las 6 de la mañana y regresaba a las 8 de la noche, a veces a las 9:30 pm era muy cansado sin mentirte, muy agotador”.
Ahora en su nuevo trabajo, Rayo tiene que permanecer en un frigorífico donde la temperatura tiene que estar a bajo cero “En esta empresa lo que hago es revisar que los carritos que entran a los aviones estén completos con sus alimentos, agua, bebidas y todo lo que necesitas en una aerolínea para la atención del pasajero”.
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Conseguir esta plaza laboral no fue fácil, comparte que logró obtener este empleo gracias a la ayuda de la diáspora nicaragüense en EEUU.
“Hace poco logré empezar a trabajar de manera formal, fue muy difícil y con honestidad lo logré gracias a la misma diáspora, que hasta aquí en San Francisco porque en efecto una nicaragüense me dio la mano, me dijo de que habían plazas en la empresa estaba trabajando y que era un trabajo duro, pero que no pagan mal. Para arrancar y volver a reinsertarme socialmente, es una buena oportunidad que no voy a desaprovechar”.
En este nuevo comienzo, Rayo tiene que trabajar mínimo 40 horas, sin incluir las horas extras para lograr cubrir todos sus gastos.
“Conseguir dónde vivir es lo más complicado del mundo, incluso podría decir que un poco más complicado que conseguir trabajo y para poder subsistir y pagar renta, alimentos, energía, agua, etcétera, hay que hacerse unas 40 horas a la semana que no es fuera de lo normal de lo que se hacía Nicaragua, sin embargo, para poder sustentar todo los gastos actuales, se hacen como de 2 a 3 horas extras, casi diario”.
Respecto a su trabajo como Secretaria Nacional en AUN, Mildred Rayo confiesa que sigue comprometida con la organización, pero que han tenido que reajustarse porque la mayoría de sus miembros están en el exilio.
“Muchos de los miembros se fueron al exilio y están trabajando. (...) Estamos en el proceso de ver ¿cuánto tiempo podemos dedicar?, pero la comunicación no la hemos perdido, la idea es rejuntarnos y volver a trabajar para conseguir un país libre y democrático. Esperemos que sea pronto”.
3 años preso injustamente
Después de tres años como preso político, Michael Rodrigo Samorio Anderson, casi pierde las esperanzas de verse nuevamente libre, contó a 100%Noticias que no podía creerlo cuando vio que un avión de los Estados Unidos de América lo trasladaría a esa nación. Agradece a Dios por prestarle vida.
Al igual que Mildred Rayo, Samorio Anderson comparte que encontrar un trabajo formal no fue fácil, primero se lanzó a labores de construcción, pintando casas, y hasta limpiando supermercados.
Antes de ser detenido arbitrariamente, Samorio tenía su propio negocio de venta de celulares en un mercado capitalino, ahora trabaja en el área de ubicación de productos en un supermercado en Maryland, EEUU.
El puesto que tiene hoy, no lo obtuvo de la noche a la mañana, compartió que empezó limpiando el supermercado unas cuantas horas, pero posteriormente lo dejaron fijo.
“Gracias a Dios y a buenas personas que me dieron la oportunidad de estar trabajando ahí a pesar de que no domino el idioma , nosotros los nicaragüenses, pues nos la rifamos en todo, caminando poco a poco con la mano de Dios siempre”.
Agrega “Entré como limpiador, me pusieron a limpiar, barrer y asear los baños. Dios me puso un ángel ahí, el gerente del lugar es puertorriqueño y me dijo que me iba a dar la oportunidad de laborar ahí, entonces empecé limpiando y como era comerciante en Nicaragua se me hace un poco fácil aprenderme los productos y las cosas, entonces ahora estoy en el área de ubicación de productos”.
Samorio Anderson cuenta que antes de comenzar su día laboral le pide a Dios sabiduría y entendimiento para entender el idioma.
“El idioma se nos ha hecho un poco difícil, pero siempre le pedimos a Dios que nos dé sabiduría y entendimiento para entender, en el supermercado interactúo diario con las personas, diario me preguntan cosas y ahí voy aprendiendo una palabrita día a día y con la ayuda de mi teléfono celular porque nosotros los nicaragüenses somos chispas, cuando no entiendo algo lo consulto con mi teléfono y así de esa manera he podido vencer un poco el obstáculo del idioma”.
Al igual que muchos ex presos políticos, Michael no tiene familia ni amigos en EEUU, pero logró unirse a un grupo de ex reos y exiliados con quienes convive como su nueva familia.
“Un nicaragüense de buen corazon, originario de Chinandega nos dijo que nos iba a apoyar, que se iba a encargar de nosotros, entonces nos venimos a Maryland nos estuvo estuvo ayudando con el apartamento por cuatro meses porque no teníamos trabajo, gracias a Dios hemos salido adelante (...) ahora estoy pidiéndole a Dios que en cualquier momento aparezca un un patrocinador para poder traer a algunos de mis familiares”.