Informe "Nadie se va porque quiere": 60% de exiliados tratan de construir su vida en Costa Rica
Organizaciones nicaragüenses en Costa Rica, presentaron el informe "Nadie se va porque quiere: Voces de nicaragüenses en el exilio". El mismo recoge decenas de testimonios de hombres y mujeres que salieron al exilio por la persecución de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La historia de una periodista saliendo de Nicaragua por un punto irregular, la experiencia de un sobreviviente de la represión del 2018 y el testimonio de quien le fue confiscada su casa, todas ellas se leen en breves relatos anónimos, porque el temor prevalece aún en el exilio.
El informe aborda las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua en el marco de la represión a las protestas que se iniciaron en abril de 2018, que continuaron con la llamada Operación Limpieza en julio de ese año y dieron lugar a una serie de violaciones documentadas por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.
“Desde entonces, el régimen dictatorial ha llevado a cabo crímenes de persecución contra personas opositoras o consideradas como tales”, se lee en la presentación del documento, donde se explica que una muestra de 40 personas compartió sus experiencias, para dar cabida a la investigación.
Un 60% de los participantes se encuentran intentando reconstruir su vida desde Costa Rica,Un 60% de los participantes se encuentran intentando reconstruir su vida desde Costa Rica un 20% desde Estados Unidos, un 12% desde España y el porcentaje restante desde otros países.
La Unidad de Registro (UDR), Unidad de Defensa Jurídica (UDJ), Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras), unieron esfuerzos para la publicación que contó con el apoyo y la coordinación de American Jewish World Service (AJWS).
Eduardo González Cueva y María Alicia Álvarez, hilaron las historias y los datos que muestran las vivencias de quienes en resguardo de su vida y su libertad, huyeron de Nicaragua.
El prólogo de la investigación fue ofrecido por el escritor Sergio Ramírez Mercado, quien con su esposa también se encuentra en el exilio.
“Uno de estos días, por azar, me encontré en el forro de una maleta las llaves de mi casa de Managua. Me las había metido en el bolsillo, como siempre, aquella mañana del mes de mayo de 2021 en que mi mujer y yo salimos hacia el aeropuerto sin saber que, al cerrarse la puerta tras nuestros pasos, ya no volveríamos a traspasar el umbral”, cuenta Ramírez, quien vive en carne propia la lejanía de su patria y a quien incluso desnacionalizó el régimen sandinista.
Ramírez se refiere al síndrome de lo que él llama la maleta abierta “cuando salimos de Managua aquella mañana de mayo llevábamos como siempre una sola maleta, y esas maletas siguen aún sin cerrarse. El síndrome de la maleta abierta denuncia al exiliado que no se resigna a quedarse y espera siempre regresar. Estar de paso es hallarse siempre esperanzado de regresar”, se lee en el prólogo.
El escritor desterrado, dice que la palabra exiliar significa sacar del suelo “desterrar es como arrancar una planta de sus raíces en la tierra. Extrañar. Cuando una tiranía te envía al exilio, la pretensión es convertirte en un extraño de tu propia tierra, de tu vida y de tus recuerdos”, se lee en el prólogo.
“En América Latina se ha pagado siempre un alto precio por la palabra libre. El ruido de los disparos, como los que cegaron tantas vidas a partir del mes de abril de 2018 en Nicaragua, ahogaron también las palabras. Muerte, desaparición, cárcel, destierro, silencio”, denuncia en el informe.
El informe aborda en el primer capítulo el contexto de violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, el segundo capítulo describe la participación de las personas entrevistadas en las protestas de 2018, y el tercero aborda las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen Ortega-Murillo como represalia.
En el informe una exiliada en Costa Rica enumera a los presuntos autores de la violencia en su localidad y señala a la alcaldesa, al secretario político, policías, y paramilitares. Su experiencia no es la única según el informe.
“Tres cuartas partes de los entrevistados señalan a la policía, a grupos paraestatales y otros integrantes de las organizaciones del partido de gobierno, así como también a los funcionarios locales, como los autores de la violencia y las violaciones a los derechos humanos. La efectividad de la persecución dependió de la capacidad de implementarla a todos los niveles, desde los espacios institucionales y formales hasta la vida cotidiana”, indica el informe.
En el informe "Nadie se va porque quiere", exponen cómo la dictadura buscaba “destruir por completo a los disidentes en su integridad física y psicológica, en su respetabilidad social, en su familia, en su capacidad de desarrollar un plan de vida”.