Carisma y sazón nicaragüense: La historia de Fritanga Patricia en Costa Rica

Son las 3:35 de la tarde de un domingo y en Fritanga Patricia no cabe un alfiler. Rápidamente se arma una fila en la ventanilla de comidas para llevar donde se puede apreciar una olla de nacatamales, baho, otra de cuajadas ahumadas, picos y rosquillas. Pareciera que se está en la Colonia Centroamérica, en Managua, pero no, es en Barrio México, Costa Rica.

Patricia Zavala Novoa es la propietaria y camina de un lado a otro; levantando pedidos, entregando platos, dando orientaciones a sus colaboradores y diciendo en voz alta: ¡la sopaaaaa! ¡hace falta un cacao!, lo que provoca risas y miradas cruzadas entre los clientes, quienes en su mayoría, son costarricenses. 

Después de horas de trabajo, finalmente logra sentarse y brindar la entrevista. 

— ¿Amor queres un cacao? Traemele un cacao a la muchacha. 

Nació en El Viejo, Chinandega y desde los nueve años aprendió todo sobre la cocina nicaragüense. “Mi mama me mandaba a vender puñitos de cebolla y tomate, allá en Nicaragua fui mercadera y vendía tajadas con queso, tacos, allá en los buses vendía enchilada, pan, la calle me enseñó, lo fuerte mío era el fresco.”

Llegó hace treinta años a Costa Rica y desde hace veintiuno, tiene su negocio “Fritanga Patricia” el cual está recientemente ampliado y ha decorado con motivos nicaragüenses; un guardabarranco, flores de sacuanjoche, paredes en colores azul y blanco y una ilustración de la Miss Universo 2023 Sheynnis Palacios. 

Patricia inició vendiendo comida en las calles de San José y en las paradas de buses, vendía café y galletas, luego empezó a hacer tacos y enchiladas y a venderlos a los albañiles en las construcciones para mantener a sus tres hijos pequeños. Diez años después de vender de forma ambulante y a petición de sus clientes, decidió establecerse en un punto fijo y así iniciar su negocio. 

— Doña Patricia, aparte de ser empresaria, tiene un gran carisma y ya sea en redes sociales o de forma presencial, la gente le expresa cariño y admiración. ¿cómo se ha forjado su liderazgo?.

— Mira linda, yo fui mercadera por muchos años y cuando una se cría en la calle, la calle te educa, yo llegué hasta tercer grado de primaria, al principio fue duro, pero yo le digo a la gente: “el que quiere progresar aquí no podés mantener vicio, o mantenés el vicio o salís adelante.” 

Mientras se desarrollaba la entrevista se acercaban clientes a pedirle fotos. Fritanga Patricia tiene una fuerte presencia en redes sociales, especialmente en Titkok, donde cuenta con más de 78 mil seguidores. Mientras despacha los servicios de comida, aprovecha para realizar transmisiones en vivo y así fortalecer su comunidad virtual. 

— ¿Cómo ha sentido que ha cambiado la comunidad nicaragüense en Costa Rica a lo largo del tiempo?.

— Yo soy feliz con mis nicas porque ahora se sienten más orgullosos de ser nicaragüenses, antes por la misma discriminación uno lo ocultaba por temor, pero ahora uno le hace frente. 

Un 70% de la clientela de Fritanga Patricia es costarricense, además de recibir visitas de colombianos, salvadoreños, chilenos y por supuesto, nicas. Expresa que se siente satisfecha de que su negocio sea un punto de encuentro de culturas. “Y te voy a decir algo: fui la primera persona hace treinta años que trajo la palabra fritanga a Costa Rica, habían negocios de comida nicaragüense que se llamaban asados, pero una vez establecida la palabra fritanga, empezó a hacerse popular.”

— ¿Qué música le gusta escuchar?. 

— Música romántica, como esa que estás escuchando (suena “Quiero dormir cansado”, del cantante mexicano Enmanuel) y por supuesto, la de Carlos Mejía y la música de mi nicaragüita. 

— ¿Qué hace en su tiempo libre?.
 
— Me voy para mi finca;, mira, se llama “Mi pequeña Nicaragua”. Amo estar con los animales. 

— ¿Qué planes a corto o mediano plazo tiene para Fritanga Patricia?.

— Ahorita el único plan que tengo es ir a descansar (ríe). 

Doña Patricia contó en exclusiva a 100% Noticias que para Marzo 2025 abrirá un nuevo local frente a su fritanga dedicado a desayunos y almuerzos nicaragüenses como salpicón, pescozones, entre otros platos típicos. Actualmente vende alrededor de 700 platos diarios de fritanga y para estas fechas navideñas y fin de año, realiza una actividad de alegría para los niños del barrio y nicaragüenses lejos de sus hogares, donde regala platos de comida y sus compatriotas puedan recibir un nuevo año en compañía.