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Niño quiere ser médico y tiene su propio negocio de plantas medicinales en la isla de Ometepe

Carlos Molina Herrera usa su ingenio, creatividad y entusiasmo para alimentar su sueño infantil de convertirse algún día en un gran médico, dice que será el primero de su familia en ser doctor

Agosto 03, 2023 09:04 AM
nino emprendedor isla de ometepe nicaragua

Las veces que su hermano Héctor, de ocho años, se descompensaba y parecía que estaba a punto de desmayarse, Carlos corría al patio para cortar algunas hojas de “pepinillo” y se las daba a su madre Karla quien las exprimía en una cuchara hasta que soltara tres gotas y luego las dejaba caer en la boca. La reanimación era casi instantánea con esta “insulina” natural. Le dicen el niño médico en la isla de Ometepe, del departamento de Rivas, Nicaragua. 

A sus once años, Carlos Francisco Molina Herrera está convencido que desea curar no solo a su hermano menor, también lo quiere hacer con otras personas, explicó a 100%Noticias.

Carlos Francisco Molina Herrera de 11 años desea ser médico.
Carlos Francisco Molina Herrera de 11 años desea ser médico.

“Mi idea surgió porque en mi comunidad hay muchos niños y adultos enfermos y yo quiero sanarlos con medicina natural”, dice Carlos, desde su natal Mérida, una localidad ubicada en la isla de Ometepe, Rivas.

El poder de las plantas medicinales, lo conoció a temprana edad cuando su mamá Karla le daba té de zacate de limón para la tos, ella es una madre soltera y maestra en escuelas rurales del Tecnológico Nacional INATEC.

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Carlos cursa el sexto grado de primaria de lunes a viernes en una escuelita de su comunidad y se enorgullece al señalar que lleva buenas calificaciones mientras se prepara para cumplir su más grande sueño convertirse en médico y curar a los enfermos con medicina natural.

Pero los días sábados, desde hace dos meses de nueve de la mañana a cinco de la tarde Carlos se emplea en su propio emprendimiento.

Acude al mercadito de Santa Cruz, que está ubicado a unos 30 minutos de su comunidad para vender plantas medicinales deshidratadas con fines curativos.

Junto a su madre, quien vende bisuterías y manualidades artesanales toman un bus y desde muy temprano ofrecen sus productos a los turistas que visitan el sitio.

Cuenta que los productos de mayor demanda son las infusiones utilizadas para té como el de zacate de limón, el boldo y orégano, prometen mantener alejado de la gripe a sus consumidores.

Otra de las plantas buscada es la hoja de guanábana que según Karla sus ancestros la usaban para prevenir el cáncer y otras enfermedades crónicas.

El secado de las plantas

La curiosidad por las plantas medicinales ha llevado a Carlos a probar con distintas especies y Karla dice que su hijo experimenta una y otra vez hasta que logra su propósito ampliando su oferta.

Tiene una especie de caja con telas y trozo de vidrio para el secado artesanal de sus plantas, un proceso que le lleva al menos un mes para comercializarlo.

Carlos Francisco Molina Herrera de 11 años desea ser médico y ofrece medicinas naturales deshidratadas.
Carlos Francisco Molina Herrera de 11 años desea ser médico y ofrece medicinas naturales deshidratadas.

“Mi emprendimiento es con plantas secas que tengo en mi ambiente. Tengo una deshidratadora artesanal, la elaboré con cajas de cartón y tela. Ponemos hojas secas, la tapamos (con el vidrio) y la ponemos al sol por un mes”, dice Carlos mientras explica que las plantas desecadas tienen mejores propiedades curativas.

Asimismo, detalla que ofrece las semillas de cacao para la elaboración de chocolate, la semilla de girasol para vitaminas, semillas de anona, semilla de moringa que es utilizada para tratar el colon entre otras.

Añade que estará ampliando la oferta a los aceites y detalla que en el caso del aceite de orégano toma alrededor de cuarenta días su fermentación.

“Yo le estoy ayudando a enserar el aceite de orégano que se puede mezclar con aceite de oliva virgen o aceite de coco”, explica Karla.

Carlos Francisco Molina Herrera de 11 años desea ser médico y ofrece medicinas naturales deshidratadas.
Carlos vende medicinas naturales deshidratadas que el mismo las procesa de forma artesanal.

Cada producto deshidratado, Carlos lo etiqueta con su precio y su nombre en español e inglés para los turistas extranjeros.

“Diente de león” o “Dande lion”, tiene un valor de 20 córdobas. “Zacate de limón” o “Limón zacate”, se cotiza también en 20 córdobas, las hojas de guanábana son las únicas que superan el precio.

Creativo

Karla dice que siempre ha apoyado a su hijo y sabe que a él le gusta sobresalir. “Para los eventos de la escuela le gusta elaborar sus propios trajes y él tomó la iniciativa de ir a vender con su tío”.

También a ella le heredó la creatividad porque elabora piñatas y otras manualidades como llaveros, floreros, pulseras, aretes y si algo le llama la atención trata de imitarlo cuenta esta madre orgullosa.

Hijo ejemplar

Un día normal Carlos lo divide entre los oficios del hogar por la mañana, las labores de la escuela por la tarde y su emprendimiento.

“Mi niño me ayuda a lavar los trastes en la mañana y hacer algún mandando o si él mira algo busca como recrearlo, pero a las once debe estar listo para agarrar la buseta que lo lleve al colegio. Ya por la tarde mi otro niño se encarga de las labores del hogar porque ellos se turnan para lavar trastes”, dice Karla.

Esta familia de tres dice que descargaron en su teléfono una aplicación que les permite conocer las propiedades de las plantas y cada día conocen más de este generoso mundo curativo.

Si desea conocer más de este emprendimiento o comprar plantas secas a Carlo cuando visite la isla de Ometepe puede contactar a Karla Herrera al número: 505 7692-1145.

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