“EL HACINAMIENTO MARCA EL FRACASO DE LA ESTRUCTURA DEL SISTEMA DE JUSTICIA”, DICE INVESTIGADORA
Informes, investigadoras y organismos señalan que la falta de programas de rehabilitación, políticas de reincorporación y de reforma a los antosociales no ha sido prioridad para los gobiernos.
Los sorprendentes datos de personas atiborradas en las cárceles del triángulo norte centroamericano (Honduras, El Salvador y Guatemala) levanta cuestionamientos. Los gobiernos se han centrado en la remodelación e incluso ampliación de cárceles y correccionales, dejando de un lado la “función rehabilitadora”, señala PNUD.
Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá tienen en conjunto 103,994 reclusos en un centenar de cárceles con capacidad para 48,218, que además de generar sobrepoblación, evidencia la percepción de la sociedad sobre las soluciones a la delincuencia.
"El hacinamiento marca el fracaso de la estructura del sistema de justicia en su conjunto. No se han buscado alternativas a la cárcel para la población en conflicto con la ley", declaró a la AFP la investigadora penitenciaria salvadoreña Laura Andrade.
Dicha percepción ha “obstaculizado el avance de reformas para reducir la población carcelaria, adoptar medidas alternativas y fomentar la reinserción social", documenta el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en un informe regional titulado Seguridad Ciudadana.
En respuesta a problemas de delincuencia en un panorama poco favorecedor para los desempleados y personas de escasos recursos, aún quedan actores que proponen nuevas políticas contra el crimen.
"Es urgente desarrollar una nueva política criminal del Estado, que abarque a los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial), que nos obligue a tomar decisiones que impidan que la cárcel sea la única disposición aplicable, sino que haya una serie de posibilidades alternativas", declaró a la AFP la ministra de Justicia de Costa Rica, Cecilia Sánchez.
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