Oscar René Vargas: Los zombies sociales
El régimen Ortega-Murillo, ha logrado convertir y transformar la rebeldía de algunos jóvenes en “zombies sociales” que los vemos actuar en las redes. Esos zombies sociales no denuncian las injusticas del sistema, llámense desempleo, endeudamiento, pobreza, crisis económica o corrupción. Ellos prefieren cantar loas a su héroe sin capa: el caudillo.
La estrategia del régimen ha sido y es transmutar a los jóvenes en zombies sociales. Los zombies son muertos sociales considerados como súbditos del caudillo. En esa lógica los zombies sociales nacieron para callar y obedecer y no para discurrir, ni opinar ni pensar en los asuntos de gobierno y, de esa manera, el sistema pueda conservar la cultura patrimonialista patriarcal de raíz colonial.
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El papel de los zombies sociales es mantener la subcultura de la opacidad, alimentada por siglos, con argumentos diversos pero concomitantes, como la razón de Estado y el derecho de los gobernantes de utilizar el “estado-botín” para enriquecerse inexplicablemente.
Estos zombies sociales no cuestionan la mentira ni el secreto de los datos oficiales de la crisis sanitaria, siguiendo la lógica la vieja convicción absolutista y autoritaria de que los ciudadanos no tienen por qué deliberar de los actos o saber de las decisiones del gobierno. La existencia de los zombies sociales en la cultura nacional es para tolerar, bajo alguna figura o subterfugio, que los bienes públicos sean, como lo postulaba el sistema de encomiendas y mercedes reales, la continuación del patrimonio privado de los miembros del círculo íntimo del poder.
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La gente pobre sospecha que los nuevos ricos han adquirido su riqueza a través de medios ilícitos, sin tener conciencia que el sistema quiera transformarlos en zombies sociales, como esos jóvenes que aparecen en las redes, con el fin de evitar protestas sociales de todo tipo. Los zombies sociales son los muertos vivientes, simpatizantes del dictador, sin empatía ni conexión afectiva con población.