Nicaragua: Feliz Navidad desde el destierro

La criminal dictadura de Daniel Ortega, Rosario Murillo y lacayos bien remunerados con el erario no han podido -ni podrán-  doblegar la lucha de los nicaragüenses oprimidos pero no vencidos.

Podrán encarcelarnos, exiliarnos, secuestrarnos, desaparecernos, desterrarnos, confiscarnos, desnacionalizarnos pero jamás podrán arrebatarnos la decisión patriótico de mirar, más temprano que tarde, a nuestra Nicaragua libre de la criminalidad y vergüenza planetaria.

De lo anterior se desprende la impostergable necesidad de LA UNIDAD DE TODOS LOS NICARAGUENSES. La coincidencia  a nivel interno de nuestro país y fuera de éste. Sin practicas que han conducido a la actual situación. 

En estos días de Navidad que nos recuerdan el nacimiento del Mesías, de ese ser especial que nos enseñó el don de amar y no odiar. En paralelo la dictadura Orteguista insiste en su narrativa de reconciliación y paz pero nos persigue y asesina, nos destierra y  confisca. Todo por no aceptar sus desvarios distante del orden legal, moral y ético. 

La insensata e insensible dictadura Orteguista no conoce el sentido humano de la creación divina. Por mucho que doña Rosario Murillo pretenda manosear a ese histórico ser que entregó su vida por nuestros pecados no posee el mínimo sentido de credibilidad. 

La señora Murillo, con su permanente filosofía gobeliana, obscena y chambona sigue cavando su propia tumba. Ningún miembro honrado del ejército y policía, incluyendo los suyos, le creen. A eso se debe el estado iracundo de su  antiestética personalidad. 

La trampa mortal que le espera a la “Copresidenta” ante la inevitable desaparición física de su consorte es irreversible. El aparato estatal no la tolera menos el resto de la ciudadanía que ha soportado tantos atropellos de su parte. Muchísimos colaboradores cercanos a sus pataletas la muerden pero no la tragan. Ella lo sabe.

La pareja infernal, junto a sus cómplices, que destruyen nuestra Nicaragua más temprano que tarde tendrán que rendir cuentas a la justicia. Todos carecen de conciencia y se han construido la espiral hacia su derrota total. Por esta ruta transitan, indefectiblemente, aunque para ello tengan que ser asesinos, ladrones, abusivos y mentirosos imperdonables.

Los que sufrimos bajo el amparo de Dios lejos del terruño por decisión maligna de este par de  enfermos mentales hemos, desde tiempo atrás, decidido luchar cívicamente hasta el final. Luchar por todas las vías, menos la violenta, hasta sentar en el banquillo de la justicia a los dictadores y cómplices directos e indirecto de esta macabra pesadilla en que han insertado a toda nuestra nación. 

En este contexto bien vale la pena recordar las palabras del mandatario panameño, don José Raúl Mulino, al referirse a la dictadura Ortega-Murillo  que los Orteguistas no tienen “Ni Dios ni ley”. Oportuno, también, traer al tapete a mi entrañable hermano Carlos Mejía Godoy cuando dijo “No los perdones Señor porque saben lo que hacen”.

Hoy, al  igual que los diciembres pasados es mi deseo, desde el destierro no deseado, enviar a los hermanos nicaragüenses, hombres y mujeres de buena voluntad, dentro y fuera de nuestra tierra,  el saludo navideño lleno de fe y esperanza en un futuro sin odios, ilegalidades, amenazas, irrespeto, violaciones, asesinatos, robos, abusos, chantajes e inmoralidades. Luchando cívicamente unidos, organizados y con mucho amor a Nicaragua lo lograremos.

¡FELIZ NAVIDAD!