Orteguismo con o sin Ortega
A partir de Abril 2018, los hechos evidencian un resquebrajamiento de todo el andamiaje del sistema político del orteguismo. Abril 2018 revela un punto de inflexión histórica: la decadencia de la dictadura que se caracteriza por la inestabilidad e incertidumbre económica de larga duración, convulsiones políticas con múltiples manifestaciones, represión, crisis climática, violación de los derechos humanos, pandemia, conflictos sociales, corrupción en las altas esferas del poder, proceso de descomposición social acelerado y crisis interna larvada por la sucesión en el orteguismo.
Desde el 2018 la estrategia del régimen Ortega-Murillo fue llegar, conservando el poder, a las elecciones de 2021. Dado los cambios en la correlación de fuerzas, el régimen ajustó su estrategia y ahora busca cómo permanecer en el poder hasta el 2026.
Al adecuar sus tácticas a la nueva estrategia para permanecer en el poder establecieron dos tácticas: “el orteguismo con o sin Ortega”. El orteguismo con Ortega significa que la intención del dictador es continuar a la cabeza del Estado y del partido hasta el 2026. El “orteguismo sin Ortega” implicaría que Ortega dejaría de ser la cabeza visible del poder absoluto, pero seguiría gobernando desde el cuarto de al lado, no desde abajo, al nombrar una o un sucesor nominal en la cabeza del Estado.
La implementación táctica del “orteguismo sin Ortega”, significaría nominar una o un sucesor como candidato a la presidencia para noviembre de 2021. Sería la táctica de una sucesión tranquila, con el ánimo de evitarse una crisis de sucesión futura, previendo un acontecimiento fatal del dictador. Si Ortega decide implementar el “orteguismo sin Ortega” y gobernar desde el cuarto contiguo, no sería nada extraño que designe a Murillo la candidata a la presidencia.
Es decir, dado el hecho que existe una persona en el círculo familiar que se quiere poner la banda presidencial y el otro padeciendo enfermedades crónicas que no aseguran la ausencia de un desenlace fatal. Y dentro de la estrategia de preservar el poder, a cualquier costo y por cualquier medio, Ortega puede decidir la implementación, aprovechando unas elecciones controladas desde la “A” a la “Z”, de la sucesión inmediata fiscalizada. La táctica del “orteguismo sin Ortega” no es contradictoria con la racionalidad política de una sucesión controlada y de la lógica del “Poder o la Muerte”.
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En el 2016, nadie contemplaba la posibilidad que Murillo fuera la candidata a la vicepresidencia en la fórmula presidencial. Creo que fui el único que dijo que esa posibilidad era la más probable y para evitar ataques de parte la oposición real lo que hizo Ortega fue anular las candidaturas opositoras y quitar la personería a los partidos políticos de oposición. En el 2021, nos encontramos con un procedimiento similar. ¿Será que nos están anunciando algo similar a lo sucedido en el 2016?
¿Con los encarcelamientos e incremento de la represión nos están anunciando que la sucesión está en marcha? El objetivo sería evitar una campaña electoral movida en el caso que sea Murillo la candidata a la sucesión; es decir, quieren un proceso electoral sin mucha alharaca, sin oposición verdadera y tratando de disminuir las posibles reacciones adversas al interior de la base social del orteguismo.
El orteguismo no tiene ideas para desarrollar el país. Está sumido en un profundo caos político-ideológico donde lo que manda es el pragmatismo y la represión para conquistar espacios electorales y permanecer en el poder. En ese contexto es hasta previsible que la táctica del “orteguismo sin Ortega” sea lo que está en marcha. A la falta de liderazgos alternativos al interior del partido de gobierno y, al mismo tiempo, Murillo ha venido imponiendo su autoridad entre los cuadros medios y militantes de base y crear un pequeño círculo de poder afín a sus intereses sucesorios. ¿Será Murillo la candidata a la presidencia impuesta por Ortega?