Daniel Ortega no ganó a un aliado con triunfo de Petro, aseguran algunos analistas
Gustavo Petro se une a la ola izquierdista que ha tomado el poder en Latinoamérica. En Colombia los partidarios del presidente electo celebran. A este festejo se unió el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo quienes corrieron a enviarle sus saludos en espera de que el nuevo inquilino de la Casa Nariño, cambie la política hacia su régimen.
La dictadura Ortega-Murillo ha mantenido un constante ataque contra Colombia, al que ha calificado como “narcoestado” y en febrero de este año le retiro las credenciales a Alfredo Rangel Suárez, como embajador de la nación sudamericana, por “inmiscuirse ofensivamente en los asuntos internos de nuestro país”.
Lea: Embajada de Costa Rica anuncia cierre de consulado en Chinandega, Nicaragua
El triunfo de Petro genera interrogantes sobre todo si Colombia seguirá ejerciendo la misma presión contra el régimen de Ortega o si acatará la resolución de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
Un analista político consultado por Despacho 505, que pidió omitir su nombre por temor a represalias, afirma que el hecho de que Petro sea de izquierda no significa que “Ortega automáticamente haya ganado un aliado”.
“Las relaciones entre ambos países van a mantenerse; pero, estemos claros, Petro no es un amigo de Ortega”, señala el experto en política exterior.
Agrega que las relaciones diplomáticas entre ambas naciones están “muy deterioradas y difícilmente van a recomponerse sin cambios significativos de parte de Ortega y Murillo”.
¿BLOQUE DE IZQUIERDA PARA BUSCAR SALIDA A CRISIS EN NICARAGUA?
El experto considera que aunque Ortega viene de la izquierda “en el camino se transformó en un capitalista corrupto, y una vez llegó al poder terminó en dictador”.
“De manera que Ortega poco puede esperar de ese triunfo (de Petro)”, señaló el analista; aunque plantea que el presidente electo colombiano podría tratar de conformar un frente común con otros gobiernos de “izquierda democrática”, para lograr un cambio positivo en la situación de los derechos humanos y la democracia en Nicaragua.
Lea más: Periodista Miguel Mendoza y María Fernanda Flores cumplen un año detenidos
Este planteamiento lo comparte el analista político Pedro Fonseca, quien considera que el escenario es poco favorable para Ortega, a pesar de la afinidad ideológica, y por el contrario, espera una posición crítica hacia el dictador.
“Se puede esperar que en conjunto con otros gobiernos de izquierda de Latinoamérica como por ejemplo Chile, (Gabriel Boric); el de (Alberto) Fernández en Argentina o el potencial gobierno de (Luiz Inácio) Lula, en Brasil, puedan generar sinergia para encaminar a Nicaragua a una salida democrática y en justicia”, señala Fonseca.
La izquierda en Sudamérica ha cobrado fuerza en Chile, Argentina, Bolivia (Luis Arce), Perú (Pedro Castillo) y a partir de agosto, se incorpora a la lista Colombia.
Fonseca considera que el presidente electo de Colombia está rodeado de personas que defienden los derechos humanos, de las mujeres, del medioambiente y que no sería “coherente tener una posición complaciente frente a Ortega e ignore los abusos que ha cometido”.
SIN CAMBIOS SIGNIFICATIVOS
Carlos Murillo Zamora, catedrático y experto en Relaciones Internacionales, es del criterio que se podría dar un cambio en el tono de los discursos, tanto de parte de Ortega como de Petro, y que incluso se podría dar la llegada de un nuevo embajador de parte de Colombia.
“Pero eso no significa un cambio grande. Yo no creo, puedo equivocarme, que Petro vaya a tratar de relacionarse con (Nicolás) Maduro o con Ortega y convertirlos en sus amigos”, comenta Murillo Zamora.
Por su parte Tiziano Breda, analista para Centroamérica de International Crisis Group, expresa que el régimen de Ortega muestra su disponibilidad de entablar relaciones con los nuevos presidentes que son de izquierda por afinidad ideológica. Eso se pudo constatar en diciembre del 2021, cuando saludó la victoria de Gabriel Boric en Chile.
Pero en el caso de Colombia, Breda recordó que Petro criticó las elecciones donde Ortega y Murillo se impusieron para un nuevo periodo en la presidencia, por eso considera que el tipo de relaciones entre Nicaragua y Colombia dependerá de la estrategia que construirá el presidente electo frente a la crisis sociopolítica del país centroamericano.
“Tampoco creo que construya un discurso de alineamiento y apoyo incondicional a Ortega solamente por ser más cercano en el aspecto ideológico”, apunta Breda.
SENTENCIA DE LA HAYA
Pero además Petro tendrá por delante otro desafío y es cumplir la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el pasado 21 de abril, donde evidenció que Colombia ha violado “la soberanía y la jurisdicción” de Nicaragua en su propia Zona Económica Exclusiva (ZEE) en el Caribe al autorizar actividades de pesca en aguas nicaragüenses, y ordenó a Bogotá “cesar de forma inmediata” su conducta.
El experto consultado por Despacho 505, indica que Colombia como Estado no tiene otra salida que aceptar lo que ha dicho el máximo tribunal.
“Los dos contendientes no tendrían otra salida en este terreno que reconocer los derechos de Nicaragua y convencer a la opinión pública nacional de que este es el camino más sensato. Lo mismo hubiese hecho (Rodolfo) Hernández en caso de ganar”, señala el experto.
Lea también: Cronista deportivo Miguel Mendoza cumple un año detenido en El Chipote
Por su parte el catedrático costarricense Carlos Murillo Zamora, apunta que la posición de Colombia frente al fallo de La Haya no cambiará con Petro, ya que en materia de territorialidad se maneja como política de Estado y no de gobierno.
“Ortega no puede esperar un cambio en materia de los diferendos territoriales con Colombia porque esa es una cuestión de Estado más que de gobierno”, comenta Murillo Zamora.