Ana Margarita Vijil habla de su experiencia y la de otras expresas políticas en Nicaragua
La opositora Ana Margarita Vijil habló ante el Colegio de Abogados de Barcelona sobre los 606 días que el régimen de Daniel OrtegaDaniel Ortega y Rosario Murillo la mantuvo presa en celdas de Auxilio Judicial “El Chipote” y luego la expulsó a Estados Unidos y le quitó la nacionalidad junto a 221 personas desterradas.
“Las feministas autoconvocadas de Barcelona y la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras me invitaron a compartir mi testimonio en un evento. Hace unos días me mandaron la grabación que quiero compartir con ustedes”, expuso Vijil a través de sus redes sociales.
Aclaró que algunas situaciones se mantienen vigentes desde el día que compartió su testimonio, pero otras han cambiado porque en la actualidad “ya hay más presos políticos en Nicaragua que la cifra que di ese día. También ya inició, para varios que la hemos solicitado, el trámite de la nacionalidad española”, señaló.
“Con todo y todo tuve suerte en comparación a otras muchas presas políticas, me zarandearon, pero no me golpearon como sí habían hecho con mi sobrina Tamara Dávila a quien detuvieron en su casa en presencia de su niña de cinco años. Yo vi la camisa que ella llevaba ese día, la cual entregaron un año después, se nota que la policía la intentó lavar, pero quedó la mancha de sangre por la hemorragia de nariz que esos golpes le ocasionaron”, expresó Vijil, durante expuso su caso por primera vez de forma pública.
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Añadió que a Violeta Granera, quien cumplió 71 años en la cárcel, sufrió torturas físicas y psicológicas porque estando esposada oficiales mujeres la abofetearon y halaron del cabello, además de ponerles audios de denuncias en el oído.
Asimismo, resaltó el caso de su amiga Suyén Barahona, quien fue detenida el mismo día que ella frente a su hijo de cuatro años de edad. “Solo por voltearlo a ver hoyó instrucciones de una mujer policía dando instrucciones: ¡Si vuelve a levantar la cabeza se la rajas! Le bajaron tan fuerte la cabeza que necesitó meses de ejercicios y pastillas para quitarse el dolor de la lesión que le ocasionaron”, denunció.
“Una compañera que había estado presa dos veces anteriormente me contó las atrocidades que en esas ocasiones tuvo que sufrir. Golpes con el mango del fusil AK y privación de alimentos en su primera detención y para su segunda detención en el 2019, estando presa en una estación de policía fue amenazada de muerte con el AK en la cabeza, amarrada de manos y pies, boca abajo y uno de los torturadores le introdujo su dedo mayor en la vagina”, dijo mientras se le cortó la voz para resaltar que estaba sirviendo de voz de su amiga.
Asimismo, Vijil destacó que un momento que la marcó cuando estuvo en la cárcel fue cuando murió Hugo Torres en 2022 bajo custodia policial y precisó que continúa pendiente una investigación para conocer con exactitud qué pasó en este caso.
Lamentó que después del 9 de febrero de 2023 cuando 222 personas fueron desterradas del país y despojadas de la nacionalidad nicaragüenses, las familias en el país sufren las consecuencias y muchas de estas siguen siendo amedrentados dentro del país y dificultando la reunificación familiar.
Ana Margarita Vijil concluyó su experiencia pidiendo a la población internacional que el mundo sepa lo que está ocurriendo en Nicaragua.