Destierran al obispo de Jinotega, Monseñor Carlos Herrera, tras denunciar sacrilegio de alcalde sandinista
El régimen de Daniel Ortega desterró a Guatemala, el miércoles 11 de noviembre, al obispo Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. Herrera, de 75 años y miembro de la Orden de Frailes Menores, fue detenido tras una reunión episcopal en Managua, así lo confirmó el padre Erick Díaz a 100% Noticias.
Con este destierro, suman tres los obispos nicaragüenses desterrados en menos de un año, en un contexto de creciente de la dictadura hacia la Iglesia, que ha sido acusada de inmiscuirse en asuntos políticos.
Monseñor Carlos Herrera denuncia acto sacrílego
Fray Carlos Enrique Herrera fue capturado después de asistir a una reunión en Managua con los pocos obispos que aún forman parte de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Este destierro de monseñor Herrera ocurre días después de su denuncia pública contra el alcalde sandinista de Jinotega. Durante una misa en la catedral de San Juan Bautista, Herrera acusó al alcalde Leónidas Centeno de un acto sacrílego al interrumpir la celebración litúrgica con música a alto volumen en las inmediaciones del templo, un acto que, según el obispo, buscaba irrespetar y perturbar el culto religioso.
La denuncia de monseñor Herrera fue transmitida en vivo en las redes sociales de la Diócesis de Jinotega, aumentando el alcance de su mensaje, sin embargo 100%Noticias verificó que el contenido ya no está disponible en las redes sociales.
"Es lamentable lo que está ocurriendo en la diócesis de Jinotega. Es una confabulación entre el comisionado Horacio Rocha, el paramilitar y alcalde Leonidas Centeno y el sacerdote Rafael Rios. Ellos tres siempre andaban detrás de la cabeza del obispo Herrera", denunció la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, quien desde el 2018 ha documentado las agresiones contra la Iglesia.
Opositores exiliados se pronuncian
En respuesta a este destierro, el opositor político Yubrank Suazo, también exiliado, expresó: “La Iglesia padecerá persecución, cárcel y destierro; pero triunfará gloriosa como su Señor. La libertad religiosa es un derecho y no un crimen. La voz de los obispos es la voz del pueblo. La voz de Dios. Cese la persecución contra la Iglesia. Muestren a Mons. Carlos Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua”.
En tanto, la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) también denunció esta acción represiva, señalando que la persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua continúa, con un mensaje de alerta sobre el paradero de monseñor Herrera.
La situación refleja el aumento de la represión y la tensión entre el régimen y la Iglesia Católica, que ha tomado una postura firme en la defensa de los derechos humanos en el país.
Según un reciente informe de la ONG humanitaria Colectivo Nicaragua Nunca Más, la represión religiosa en Nicaragua ha alcanzado niveles sin precedentes. La organización sostiene que “en Nicaragua no existe parangón alguno que iguale los niveles de represión contra la Iglesia Católica, así como evangélicos y otras expresiones religiosas”.
Este clima de persecución, que supera incluso a los tiempos de guerra, se caracteriza por la detención arbitraria de sacerdotes, la expulsión de religiosos y la prohibición de actividades religiosas. Según el Colectivo, “nunca el país había tenido a tantos sacerdotes presos, religiosas y religiosos perseguidos y expulsados”.