Por dar agua al sediento le robaron a una mujer en Jinotega

Lo que parecía un día común y corriente en la casa de Gloria Rivera Duarte, de 34 años, se convirtió en una pesadilla que la dejó sin un córdoba, luego de ser asaltada en su propia casa, cuando quiso hacer un bien al prójimo.

Según la denuncia interpuesta en la delegación policial de San José de Bocay, municipio de Jinotega, Gloria Rivera Duarte estaba en su casa, haciendo las labores del día a día, cuando escuchó que alguien tocaba a su puerta.

De inmediato, ella dejó las cosas que estaba haciendo y acudió al llamado, sin imaginar lo que realmente le esperaba. Saludó al hombre que estaba en la puerta y éste le dijo que tenía mucha sed y que por favor le regalara un vaso de agua.

Gloria Rivera Duarte se compadeció del hombre y de inmediato le dijo que saciaría su sed, sin embargo, el hombre que parecía oveja necesitada se transformó en lobo, pues en un abrir y cerrar de ojos sacó una pistola y la encañonó.

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Una vez que tenía a su víctima intimidada, el hombre entró a la casa y empezó a preparar el botín que se iba a llevar. La dueña de la casa estaba tan conmocionada que no pudo hacer nada para evitar el robo.

El delincuente de identidad aún desconocida se llevó de la casa dos celulares, cuyo costo no se detalló, y 12,000 córdobas que la mujer guardaba en su habitación. Una vez alcanzado su objetivo, el hombre salió huyendo y hasta hoy las autoridades no tienen pista de su paradero.

Otra buena samaritana que fue víctima 

Cabe recordar que Gloria Rivera no es la primera víctima de delincuentes a los que quisieron hacerles un bien, pues doña Inés Luna Robles, de 74 años, en mayo de 2022 cuando ella dejó entrar a su casa a Víctor Manuel González Valle, sin imaginar quién era en realidad, pues llevaba años como prófugo por diversos delitos.

Ese 31 de mayo, el hombre llegó de noche y con un argumento convincente le pidió que le diera donde quedarse a lo cual la inocente señora, que al parecer vivía sola, accedió sin sospechar nada.

Cuando ella se durmió, el hombre abrió la puerta a otro malhechor y a dos mujeres. González Valle y el otro hombre la ataron y la mataron, mientras las mujeres procedieron a recoger todo lo de valor que encontraron a su paso.