Presentan reforma constitucional en Nicaragua para que Ortega Murillo se perpetúen en el poder

El presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, recibió junto a los miembros de la Junta Directiva y los jefes de bancada la iniciativa de reforma parcial a la Constitución Política de Nicaragua. 

Según los medios oficialistas, esta reforma tiene como objetivo modernizar el Estado nicaragüense, y supuestamente pretende “restituir” derechos a la población.

Aseguran que la reforma contribuye al cumplimiento del Plan Nacional contra la pobreza, alineándose con los esfuerzos para combatir la pobreza y la pobreza extrema, impulsando el desarrollo humano en el país.

Los diputados no dieron detalles de la reforma, pero extraoficialmente se conoce que viene el sistema de partido único, y más control sobre la economía. 

En la presentación de la iniciativa, enviada con carácter de urgencia, estuvo María Haydeé Osuna, del Partido Liberal Constitucionalista, que actúa como parte de los diputados sandinistas y no hace ninguna oposición.

Ortega envía esta reforma en el contexto del triunfo de Donald Trump y el nombramiento de Marco Rubio, como Secretario de Estado y que dirigirá la política exterior de Estados Unidos.

"Control absoluto para perpetuar el poder"

El joven opositor nicaragüense Enrique Martínez denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo busca consolidar aún más su control absoluto en Nicaragua mediante la reforma parcial a la Constitución Política, presentada recientemente en la Asamblea Nacional por Gustavo Porras.

Para Martínez, el propósito de esta reforma es doble: consolidar la dinastía del sandinismo en manos de Ortega-Murillo y su círculo de poder, y establecer leyes arbitrarias que fortalezcan el control sobre la población. Además, considera que el régimen intenta responder a las crecientes presiones internacionales que buscan llevar a Ortega ante instancias judiciales globales y presionar por una transición hacia la democracia, libertad y justicia en Nicaragua.

Rosario Murillo y Laureano Ortega, posibles sucesores

Martínez advirtió que la reforma también puede estar diseñada para garantizar que el control del país quede en manos de Rosario Murillo, vicepresidenta y esposa de Ortega, o incluso de su hijo Laureano Ortega, quien ha cobrado protagonismo en el círculo de poder sandinista.

“El régimen está dispuesto a todo para mantener el control. A menos de un año de que se active el panorama electoral rumbo al 2026, Ortega busca garantizar la continuidad del régimen incluso en un escenario en el que su propia salud y liderazgo estén debilitados”, expresó Martínez.

El opositor también destacó que esta reforma puede ser una estrategia para enfrentar las presiones internacionales, especialmente ante los posibles cambios en la política de Estados Unidos. Martínez mencionó la figura de Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado en caso de que los republicanos ganen las elecciones, como un factor clave que podría endurecer la posición estadounidense hacia Nicaragua.

Finalmente, Enrique Martínez instó a la comunidad internacional a prestar atención a los movimientos del régimen y valorar con cautela los efectos de esta reforma constitucional.

“La reforma evidencia la disposición del régimen a consolidar su control a cualquier costo. Es fundamental que la comunidad internacional comprenda las implicaciones de estos cambios, no solo para Nicaragua, sino también para el contexto político en la región”, concluyó.

Maniobras legales de Ortega para perpetuarse en el poder

Ortega, a través de maniobras legales y decisiones judiciales, eliminó los límites de mandato, lo que le ha permitido ser reelegido varias veces desde 2007.

El líder sandinista, que retornó al poder en 2007 tras haber ganado con el 38 % de los votos las elecciones de noviembre de 2006 frente a dos fuerzas liberales conservadoras divididas, allanó su camino a la reelección gracias a una maniobra jurídica con la que burló la norma constitucional que se interponía entre él y su objetivo de mantenerse en el poder por cinco años más.

Los magistrados sandinistas de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, sin presencia de magistrados opositores, declararon en octubre de 2009 inaplicable el artículo de la Carta Magna que impedía la reelección continua del presidente y limitaba a dos su número de mandatos.

En las elecciones de 2011, pese a que la Constitución lo prohibía expresamente, Ortega se presentó como candidato a la Presidencia, la cual ganó con un 62,45 % de los votos en una jornada electoral plagada de denuncias de irregularidades.

En 2014, el Parlamento, de mayoría sandinista, modificó la Constitución y estableció la reelección presidencial indefinida y la posibilidad de elegir al presidente en primera vuelta y con mayoría simple de votos.

Ortega se mantiene en el poder desde el 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez Nicaragua de 1985 a 1990.
 

Esta nota fue publicada a las 12 del medio día de este martes 19 de noviembre y actualizada a las 6 pm de ese mismo día.