Pero ya es oficial:
el mejor pan del mundo se hace en Corea del Sur.
Y que el equipo surcoreano se impusiera en la Copa del Mundo de la Panadería fue sin duda un desaire para los franceses. Al fin y al cabo, la competición se conoce como "el concurso más prestigioso de panadería" del planeta y para colmo se celebra el París, la capital de los comedores de baguette. Y el propio presidente francés,
François Hollande, estaba allí y atestiguó la derrota de sus connacionales. Tuvo que ser difícil de asumir, aunque los ganadores no son completamente desconocidos en Francia. Hace dos años la cadena de cafeterías surcoreana Paris Baguette se expandió más allá de su territorio y se estableció también en la capital gala.
Y además de llevar Francia en el nombre, la empresa utiliza otros motivos franceses: su logo es la Torre Eiffel y el personal viste camisetas a rayas estilo bretón. Corea del Sur pasó de ser un país basado en la agricultura a convertirse en una próspera economía industrial y lo hizo en 50 años, una transición mucho más rápida que la experimentada por Francia. Y la calidad del pan coreano demuestra que ese cambio se está profundizando.
Más que pan
Lo de Paris Baguette no tiene solo que ver con el pan, aunque eso tiene una clara importancia. Es una compañía que se enfoca en construir la marca y en el estilo. Los gustos surcoreanos están cambiando a medida que el poder adquisitivo está subiendo. Los gráficos indican que el consumo de trigo per cápita se eleva cada año mientras el consumo de arroz cae.
Este cambio en la dieta del arroz al trigo empezó cuando el país empezó a importar trigo de Estados Unidos para compensar la escasez de alimentos hace más de 40 años. EE.UU. que tenía lazos con Corea del Sur, mató a dos pájaros de un tiro, llenando los estómagos vacíos de Corea con un producto de los agricultores estadounidenses.
Hombres cocineros
Las relaciones entre los sexos también están cambiando. Ahora los hombres cocinan más, al menos cuando se trata de lucirse en público. Los tres panaderos que ganaron en París son hombres, la televisión de Corea del Sur está inundada de programas de cocina y los chefs famosos son invariablemente hombres. La comida ha pasado de ser el
combustible para el sustento a ser una fuente de placer y recreación. Los sábados por la mañana en Seúl se puede participar en concursos de cocina y, de nuevo, se pueden ver muchos hombres. Uno de los participantes, K H Park, me dijo cómo se habría horrorizado su madre si lo viera en la cocina. "Cuando era un niño, un niño no podía ni siquiera acercarme a la cocina", dijo.
Park pasa los 60 y se retiró hace cuatro años. Tiene una historia bien coreana. Se fue a trabajar en Mongolia durante cuatro años sin su familia y no le quedó más remedio que aprender a cocinar por su cuenta. Ahora, en el retiro, para él la cocina es un placer.
En el concurso de cocina, muchos de los platos elegidos por los competidores para mostrar sus habilidades son occidentales. Hay una tendencia hacia una cocina global donde la pizza y la carne y, por supuesto, el pan al estilo francés son prominentes.
Cambios culturales
Se pueden apreciar los cambios que están surgiendo con detalles como un adhesivo con la silueta de un perro. El distintivo indica que en el café son bien recibidos los perros que acudan con su can, que se han convertido en una especie de “accesorio” para muchos jóvenes y para las personas de cierto nivel económico. Esto significa también que algunas tradiciones se están debilitando y algunos locales, donde antes se servía carne de perro, se han convertido en un bistró donde se sirve café. A medida que la prosperidad cambia los gustos surcoreanos, estos restaurantes tradicionales de carne de perro están cambiando. Es de suponer que entran en conflicto con las costumbres occidentales.
BBC
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