Un informático y un estudiante retan a los mejores del mundo en voley playa
Managua, 2 may (EFE).- Un especialista en informática y un estudiante de diplomacia decidieron retar a los mejores jugadores de voley playa del planeta en el Campeonato Mundial de Roma 2022, previsto para junio próximo.
Los seleccionados de Nicaragua Nicaragua saben que no tienen el prototipo ni el entrenamiento ideal para subir al podio, pero están decididos a "ganar partidos".
Con ese objetivo en mente, Rubén Mora y Denis López, de 26 y 21 años, respectivamente, se levantan de madrugada seis días a la semana, para una sesión de entrenamientos de al menos tres horas, suficientes para estar a las 09.00 frente a sus computadoras, trabajar o estudiar nueve horas, y volver a entrenar por las noches, hasta ir a descansar a las 21.00 horas.
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Pero Mora y López no son unos "nerdos" que descubrieron cómo ganar a través de la inteligencia artificial, son parte de una "dinastía" nicaragüense que domina el voley playa en Centroamérica desde hace varios años, y que les permitió ganarse el boleto a Roma en el torneo clasificatorio de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Voleibol (Norceca) en República Dominicana, en abril pasado.
La primera pareja nicaragüense en clasificar a un mundial de voley playa está clara de que difícilmente subirán al podio en Roma, pero sueña con lo básico: ganar en un mundial, algo que no ha logrado ningún país centroamericano.
"No te digo que somos menos o somos más que ellos, todo se ve en la cancha, esa es una de nuestras metas, ganar partidos", dice a Efe López, al finalizar uno de los entrenamientos matutinos.
Mora va más allá. "Tenemos que ir paso a paso, el primer paso fue clasificar al mundial, ahora nuestra mente está en buscar cómo pasar de grupo, hacer sorpresa en el mundial", sostiene.
Sin embargo, reconocen que no es fácil. Sus estaturas promedio están por debajo de las parejas que suelen disputarse el podio a nivel mundial, y a un mes y medio del campeonato el fogueo internacional continúa siendo un reto, sin contar con que no pueden abandonar sus obligaciones personales.
LA DOBLE VIDA
"Aparte de que se estudia, trabajamos para mantenernos, y pues, es complicado, ya que tu mente no sólo está pensando en el voleibol, no estás pensando en prepararse para el mundial, sino que estás pensando en que tenés que comer día a día, tenés que trabajar, tenés que entrenar. Creo que esa parte es muy importante, y comparado con los profesionales que viven de eso, creo que es mucha la diferencia", refiere Mora.
En Nicaragua, salvo deportes como el béisbol, boxeo profesional o fútbol, donde los mejores deportistas consiguen vivir del deporte, para el resto de atletas es prohibitivo dedicarse exclusivamente a entrenar y competir, incluso cuando reciben apoyo económico estatal. Lo que no cambia es la exigencia.
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"Hay que pensar como profesionales, como jugadores de alto rendimiento, pero no se puede vivir de eso (…), no digo que no nos apoyan, pero no estamos en ese paso, a ese nivel de otros países, que dejan todo sólo por entrenar, el descanso que tienen de una sesión a otra no la tenemos, poder entrenar a cualquier hora del día, esos factores que no tenemos nosotros", explica López.
Pero esas desventajas no agobian a Mora y López, dos primos que llevan la "arena en la sangre", ya que son originarios de San Juan del Sur, una bahía en el extremo suroeste de Nicaragua, donde el voleibol de playa es el deporte más popular.
"La vida es un proceso, es cómo nosotros queremos verla, la felicidad es relativa, y es el vivir diario, para mí ha sido emocionante, me siento orgulloso de poder decir que somos la primera pareja de nuestro país en clasificar a un mundial (…), feliz de poder representar siempre la bandera azul y blanco, para mí es un honor, nuestro mayor orgullo siempre va a ser sentir orgullosa a nuestra gente", resalta López.
Mora remata: "Creo que es nuestro momento de brillar, creo que tenemos que ir a brillar a Roma".