Nicaragua: economía al borde del abismo
1. La crisis sociopolítica actual, se ha manifestado en caída de la producción, creciente desempleo y subempleo, aumento de la pobreza, menor recaudación de impuestos y mayor déficit fiscal, fuga de los depósitos en moneda extranjera en el sistema financiero nacional y pérdida de reservas internacionales.
2. El 9 de noviembre 2018, la calificadora internacional “Standard and Poors Global Ratings” redujo la calificación crediticia soberana de Nicaragua de “B” a “B-” con perspectiva negativa, debido a las consecuencias económicas que ha generado la crisis de abril, que ha generado una pérdida en la confianza del sector privado, que hasta antes de la crisis operaba bajo un modelo de diálogo público-privado.
3. La reducción en la calificación se debe a la erosión de la situación fiscal y financiera, a su bajo Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, a la vulnerabilidad de la balanza de pagos y las rigideces de la política monetaria. Asimismo, las expectativas comprenden mayores déficits fiscales, aumento de los riesgos para la estabilidad en el sector bancario, una recesión y el continuo estancamiento político.
4. Nicaragua tiene una economía muy abierta, depende mucho de las importaciones, más del 50 por ciento del PIB requiere de insumos importados, ya sea bienes de consumo o bienes de capital. Por lo tanto, se requiere una cantidad de divisas significativas para financiar el aparato productivo.
5. ¿De dónde provienen las divisas para sostener las importaciones? Principalmente de: las exportaciones, los préstamos de organismos multilaterales, las donaciones, la cooperación internacional, las remesas familiares, las inversiones extranjeras directas, del turismo y del dinero ilícito del narcotráfico. Desde abril 2018, con excepción de las remesas, todas las otras fuentes tienen tendencias negativas, algunas más severas que otras.
6. Los recursos venezolanos disminuyeron rápidamente, de un promedio superior a los US$ 500 millones de dólares anuales entre 2010-2014 (préstamos de PDVSA), a US$ 296 millones en 2015, y a US$ 136 millones en el 2016, mientras en el 2017, los préstamos apenas llegaron a US$ 31 millones de dólares. En el 2018, casi han desaparecido.
7. En agosto 2018, el gobierno revelo un recorte de 185 por ciento en las donaciones y 36.9 por ciento en los préstamos. Para 2019 supone un mayor decrecimiento de 27 por ciento en las donaciones, aunque espera un incremento del 5.4 por ciento en los préstamos.
8. En el 2011, el total de la cooperación externa se acercó a los US$ 1,500 millones de dólares, de los cuales 40 por ciento provenían de préstamos de PDVSA y 36 por ciento de préstamos de los organismos multilaterales (BID+BM+FMI). En el 2017, el total de la cooperación externa disminuyó a US$ 981 millones de dólares, de los cuales solamente 3 por ciento vinieron de los préstamos de PDVSA, y el 79 por ciento de los organismos multilaterales.
9. A principios del 2018, se pensaba que el turismo iba a generar unos US$ 800 millones de dólares y los cálculos actuales son que serán unos US$ 300 millones de dólares. El bruto de la inversión extranjera directa se calculaba en US$ 1,000 millones de dólares y con suerte se llegará a US$ 300 millones de dólares.
10. Las exportaciones a Venezuela han disminuido desde US$ 444.0 millones de dólares en el 2012, a US$ 116.8 millones de dólares en el 2017, a solamente US$ 17.84 millones de dólares a octubre de 2018. El declive del mercado venezolano tiene su origen en la caída del precio internacional del petróleo.
11. Por la represión generalizada practicada por el gobierno ha provocado que muchas donaciones se suspendieran; los préstamos se han ralentizado; con las posibles sanciones norteamericanos y su repercusión adversa en los organismos multilaterales (BID+BM+FMI) se podrían suspender y/o retrasar los desembolsos. En el 2017, el 70 por ciento de los recursos de externos provinieron de los organismos financieros multilaterales. Es decir, que los principales motores de economía nicaragüense serían afectados.
12. El gobierno Ortega-Murillo ha dependido del financiamiento de fuentes multilaterales, que en el primer semestre del año 2018 aportaron el 85 por ciento del total de cooperación, pero la ejecución de proyectos se ha ralentizado desde abril y vemos una mayor incertidumbre con respecto a la aprobación de futuros préstamos. La ralentización, también, podría restringir la aprobación de nuevos préstamos.
13. Un factor externo de riesgo son las posibles sanciones contra el gobierno Ortega-Murillo desde Estados Unidos, porque crearía más incertidumbre en los inversionistas extranjeros y podría poner en riesgo futuros compromisos de préstamos de fuentes multilaterales.
14. En agosto 2018, el gobierno revelo un recorte de 185 por ciento en las donaciones y 36.9 por ciento en los préstamos en relación a 2017. Para 2019 supone un mayor decrecimiento de 27 por ciento en las donaciones, aunque se espera un 5.4 por ciento más de préstamos.
15. El continuo callejón sin salida político y el golpe a la economía han contribuido a la reducción de las opciones de financiamiento para el gobierno y una caída en las reservas y depósitos en el sistema bancario. Dado el desafiante telón de fondo, las autoridades tienen espacio limitado para implementar medidas de ajuste, y se espera que los déficits fiscales incrementen en el 2019.
16. La pérdida de confianza del sector empresarial complica aún más la formulación de políticas y perjudica las perspectivas de crecimiento del PIB, en un entorno económico muy difícil. La carga de la deuda del gobierno, actualmente moderada, aunque en aumento. Es decir, el gobierno Ortega-Murillo tiene opciones limitadas de financiamiento, debido a la falta de soluciones a la situación sociopolítica y al deterioro de la economía nacional.
17. Para el 2018 y el 2019, el gobierno ha apostado por el endeudamiento interno (a través de emisiones de bonos) para solventar las necesidades de financiamiento; sin embargo, los bancos comerciales nacionales ni los bancos extranjeros han mostrado interés para financiar el déficit del gobierno central.
18. Por otro lado, a partir de abril 2018, debido a la incertidumbre las personas comenzaron a sacar sus depósitos del sistema financiero nacional. Repercutiendo en toda la actividad del crédito, lo cual ha entrado en contracción, tanto los créditos de consumo, personales, etcétera. A estas alturas, noviembre 2018, todos los créditos se han contraído porque los bancos han privilegiado la liquidez, para poder honrar los depósitos de sus clientes y por supuesto tienen que dejar de prestar porque no están percibiendo depósitos.
19. Desde el mes de abril al 31 de octubre 2018, los ahorrantes han retirado de los bancos la cantidad de US$ 1,373 millones de dólares. Esta fuga, además de afectar a la banca, pone en riesgo la sostenibilidad de las reservas internacionales. El 25 por ciento del monto total de depósitos que tenían los bancos a finales de marzo han salido hasta el 31 de octubre de 2018. El ritmo de salida de los depósitos del sistema bancario no es sostenible en el mediano plazo.
20. Las empresas y las familias están retirando sus dólares del sistema financiero como una medida precautoria para afrontar cualquier imprevisto (quiebra de bancos), y también para satisfacer las necesidades de consumo en un entorno de menores ingresos por trabajo y mayor desempleo, para hacer frente a sus obligaciones o para trasladarlos a otro país (fuga de capital).
21. La recesión económica ha tenido una repercusión en el empleo. Hasta noviembre, 180 mil empleos formales se han perdido de acuerdo a los datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y alcanza a los 456 empleos si le sumamos los empleos no registrado en el INSS. Al mismo tiempo, las dificultades del INSS se agudizan por el Seguro Social depende del empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo.
22. El déficit del INSS en 2018 podría incrementarse al 1.0 por ciento del PIB, mientras que en 2017 este equivalía al 0.6 por ciento del PIB. El gobierno continuaría absorbiendo las crecientes pérdidas del INSS. Cualquier plan para reducir los desequilibrios del INSS enfrentará resistencia política de los ciudadanos.
23. Según el Presupuesto General de Republica 2019, el INSS cerrara el año 2018 con un déficit de C$ 5,674.7 millones de córdobas, acumulados desde el 2007.
24. De acuerdo con Julio Francisco Báez “desde 1990 a la fecha (2018), nunca ha sido negativa la recaudación tributaria bruta anual respecto al año anterior. En cambio, lo recaudado por la DGI (Dirección General de Ingresos) de enero a septiembre 2018 resultó negativo en 3.88 por ciento respecto a 2017”.
25. La posición fiscal de Nicaragua se debilitará en la medida que el Gobierno enfrente mayores déficits fiscales en 2018 y 2019, debido a la desaceleración económica y la caída de los ingresos fiscales.
26. Nicaragua deja de percibir, por los incentivos tributarios a la inversión, ingresos que alcanzan el 1.07 por ciento de PIB, lo que equivale aproximadamente US$ 1,300 millones de dólares. El gobierno nicaragüense brinda beneficios a las zonas francas, exportadores, operadores de turismo, centro de llamadas, etcétera.
27. Todo lo anterior ha repercutido negativamente en el consumo interno, afectando al comercio y en el sector de hoteles, restaurantes y bares. Por ejemplo, a finales de noviembre, el cálculo de la Cámara Nicaragüense de Restaurantes y Similares (CANIRES) es el sector de restaurantes y bares se ha contraído entre un 30 y 50 por ciento por debajo de las metas alcanzadas en el mismo periodo del 2017.
28. De acuerdo al Banco Central de Nicaragua (BCN), el sector (hoteles, restaurantes y bares) se contraído en un 16.9 por ciento entre enero y octubre 2018. Este resultado es debido a la menor afluencia de turistas extranjeros y la decisión de los nicaragüenses de contraer sus gastos.
29. Desde el inicio de las protestas de abril, de los 2,500 restaurantes registrados en CANIRES, 800 han cerrado; y se prevé que, si las ventas no mejoran o siguen bajando, en los próximos meses, muchos restaurantes y pequeños hoteles no les quedará más opción que cerrar sus negocios.
30. Hoteles y restaurantes, comercio y construcción, experimentaron una mayor caída en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) en septiembre 2018. Estos tres sectores representan el 18.2% del total de trabajadores inscritos en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que es como se mide la formalidad en el trabajo en Nicaragua.
31. A septiembre de 2017, estas tres áreas económicas tenían contratadas a 138,031 personas. Sin embargo, perdieron 61,178 empleos formales, entre marzo y septiembre de 2018; es decir, el 43% del total de empleos formales perdidos en el período.
32. La combinación de todos estos factores nos permite decir que en el 2018 la contracción del PIB variará entre menos 4 por ciento y menos 5 por ciento. La tendencia para el 2019 será una contracción mayor entre menos 8 por ciento y menos 10 por ciento.
33. Es decir, Nicaragua es una economía que produce unos trece mil millones de dólares, si se pierde el 5 por ciento estamos hablando de unos US$ 650 millones de dólares de pérdidas en el 2018 y unos US$ 1,300 millones de dólares en el 2019.
34. La expectativa para el 2019 es que se acelere la tasa de inflación de los precios de los alimentos, debido a la eliminación de las exoneraciones y exenciones del impuesto al valor agregado sobre las importaciones de materias primas, bienes intermedios y maquinaria y equipo para las actividades agropecuarias, a la micro y pequeña industria manufacturera y a la pesca artesanal.
35. La iliquidez en moneda extranjera (dólares) provocará el deterioro de la moneda local (córdobas) en relación al dólar.
36. La deuda pública total de Nicaragua alcanzo al cierre de septiembre 2018 la cantidad de US$ 6,803.3 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN), lo que representa el 51.1 por ciento del PIB.
37. Entre abril y octubre 2018, según la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras (SIBOIF), la cartera de créditos neta se ha reducido en C$ 16,970 millones de córdobas, lo que significa una contracción del 11.21 por ciento. Uniendo el 25 por ciento del retiro de los depósitos bancarios y el deterioro de la cartera de crédito podría desencadenar un control cambiario en el corto plazo. La tendencia es que, en el 2019, la cartera de crédito seguirá deteriorándose, lo que tendrá repercusiones negativas en los distintos sectores económicos.
38. Desde que inicio el estallido social, el deterioro de los créditos se ha acelerado, como consecuencia de la fuga constantes de los depósitos bancarios. Los clientes han perdido sus niveles de ingresos, entonces los bancos van presentar problemas porque tendrán muchos activos como viviendas, oficinas y vehículos. Por esa razón, la banca nacional ha frenado la entrega de nuevos créditos. Se calcula que aproximadamente unos US$ 452 millones de dólares no han sido otorgados a los distintos sectores económicos.
39. El sistema financiero nicaragüense registro una cartera de riesgo de 8 por ciento del total de los saldos clasificados como préstamos por parte del sistema financiero nacional a septiembre 2018, superando la media a nivel de Centroamérica. Entre abril y septiembre 2018, según los números de la SIBOIF, los créditos prorrogados, reestructurados, vencidos y en cobro judicial se deterioraron, lo que explicaría el por qué la cartera en riesgo y vencida acumulada hasta septiembre aumento significativamente. Este deterioro de la mora en Nicaragua coincide con el aumento del desempleo, como consecuencia de la crisis sociopolítica.
40. Las microfinancieras reguladas por la CONAMI (Comisión Nacional de Microfinanzas) presentan al 31 de octubre de 2018 pérdidas por el orden C$ 288,858,494.77 córdobas. Así mismo, las financieras reguladas por la SIBOIF presentan en la misma fecha pérdidas por C$ 495,585,500 córdobas. Lo que nos indica que el sector de las PYMES ha soportado un efecto directo y desbastador de la crisis. Los bancos no están en números rojos, pero si con una disminución drástica de sus ganancias en relación al año 2017 y con un crecimiento en las provisiones por incobrabilidad.
41. “Fitch Ratings” redujo su calificación de riesgo para Nicaragua de “B con perspectiva negativa” a “B- con perspectiva negativa”, la que adjudica a una “contracción económica mayor de la estimada, un creciente déficit fiscal, una liquidez externa más débil y un mayor riesgo de restricciones financieras internas y externas”. Esta es la segunda vez en el año que Fitch Rating revisa la calificación de riesgo nicaragüense, la primera fue en junio, cuando mantuvo la calificación de “B”, pero reviso a la baja su perspectiva de “estable” a “negativa”.
42. Un estudio publicado por “Bloomberg LP Limited Partnership” dice que el córdoba solo podría mantener su actual paridad o tasa de cambio con una decisión política porque los factores que tensionan la economía tienen arrinconada a la moneda. El tiro de gracia de esta situación será la aprobación de la “Ley de Derechos Humanos y Anticorrupción de Nicaragua 2018” por parte del Congreso de Estados Unidos (la Magnitsky Nica como se le conoce en Nicaragua), en el Congreso de los Estados Unidos. La tasa de deslizamiento del córdoba podría ser otra “víctima” de la crisis económica. Una devaluación está muy cerca de producirse si no se promueve una solución a la crisis sociopolítica.
San José/Costa Rica, 30 de noviembre 2018.