Dr. José Pallais: O nos unimos o nos jodimos

José Pallais
Junio 22, 2020 10:15 AM

“O nos unimos o nos jodimos”. Esta expresión que en lenguaje muy nica me escribió un amigo en Twitter, encierra la urgencia de la propuesta que la Alianza Cívica hiciera de una unidad incluyente imprimiéndole, con la fuerza de las palabras, la necesidad de hacerlo con premura, sin excusas ni subterfugios. La mesa multilateral concluyó recientemente su propuesta de estatutos para la Coalición Nacional la que se encuentra, para su raticación, en manos las organizaciones que se dispusieron a construir este esfuerzo unitario.

Los estatutos plasman el valor de la integración y sus normas, abren las puertas a la incorporación de otras organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos, creando un espacio para los jóvenes y universitarios en igualdad de derechos que los demás miembros, conteniendo reglas claras y determinando los objetivos fundamentales de la coalición; detallando su misión, visión y los principios y valores que la regirán.

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Novedosamente, la coalición integra organizaciones de la sociedad civil que se formaron en el fragor de la rebelión cívica de abril y partidos políticos que aceptaron el llamado conjunto de la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco en una asociación hasta hace poco impensable pero indispensable para aislar al régimen. Estamos aprendiendo a dejar de lado las diferencias ante la imperiosa necesidad de unirnos para salir de la dictadura.

La Coalición ha sido diseñada para luchar contra una cruel dictadura, no se trata de una tradicional alianza electoral, va más allá, su objetivo es lograr el tránsito hacia la democracia y reconstruir el país edicando ciudadanía, comprometidos con la justicia, libertad y respeto a los derechos humanos, lo que requiere del desmantelamiento del régimen y sus prácticas.

La necesidad de restituir de inmediato los derechos y garantías constitucionales y liberar a los presos políticos, son tareas prioritarias de la Coalición que han quedado establecidas en sus estatutos y que deben llevarse a efecto previo a pensar en participar en eventuales procesos electorales.

La arquitectura recoge la exigencia de unirnos todos en la acción para defender la vida y salud de los nicaragüenses frente al comportamiento criminal del régimen en el manejo de la pandemia y de unirse a la población en la defensa y reivindicación de sus demandas económicas y sociales para enfrentar, desde ya, el descuido gubernamental ante la crisis que nos afecta, con incremento del desempleo, corrupción y encarecimiento de productos en medio de una represión generalizada que continúa durante la crisis sanitaria y que ni siquiera sus consecuencias de muerte y dolor han logrado atenuar.

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Como lo expresa el documento, la Coalición tiene que estar al servicio de la ciudadanía y abierta a los máximos niveles de participación posible, contemplando que personalidades sin aliación orgánica, líderes locales e incluso organizaciones con liderazgo en algunos departamentos o municipios, puedan participar en sus estructuras aportando y apoyando a los objetivos de la misma e igualmente pretende integrar y escuchar a los Nicaragüenses forzados a abandonar el país pero que desde el exilio quieren y deben mantenerse vinculados a lucha por la democracia.

Por su relevancia, cabe hacer notar el objetivo de potenciar las acciones dirigidas al establecimiento de la justicia, verdad, reparación y no repetición; todo esfuerzo unitario debe estar centrado en los derechos de las víctimas y sus familiares.

Un estricto código de ética y un plan de nación que desarrollen las líneas generales que han quedado denidas deberán complementar los estatutos.

Por convicción cívica y democrática, se ha renunciado a la violencia, privilegiándose una salida electoral pero condicionada a la previa aprobación de una reforma electoral integral, que no deje oportunidad al fraude, exclusiones, inequidad o gobernanzas desde abajo sino permitan el pleno respeto a la voluntad popular.

En estos momentos, discutir sobre posibles casillas o pretender dividir a la oposición en bloques, solamente fortalece a la dictadura. La lucha es primero por la libertad, el n del estado policial y verdaderas elecciones, las que no lograremos arrancar al régimen sin unidad total.

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La estrategia que desarrolla el modelo de arquitectura parte de algo obvio: sin libertad para expresarse, organizarse, movilizarse, manifestarte, de nada sirve un buen texto de reformas electorales; el mejor ejemplo es nuestra mancillada Constitución. Sin restitución de derechos, con represión, paramilitares y violencia estatal cualquier participación, en buen nicaragüense, sería una pelea ente tigre suelto y burro amarrado, por eso es esencial la unidad incluyente que supere las diferencias reales, articiales o inventadas y esta solo puede lograrse poniendo a Nicaragua primero y consolidando la unidad ya.

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