Consejo Supremo Electoral gastará 8 millones de córdobas en chocolates
Aunque en nuestro país lo insólito es ya parte de la vida cotidiana, siempre queda lugar para el asombro. El diario «La Prensa» publicó que, de acuerdo al plan de contrataciones del Estado, el Consejo Supremo Electoral tiene programado adquirir chocolates, caramelos y otras menudencias por la suma de 8 millones de córdobas, para lo que resta del año.
Según la información, la adquisición se realizará por medio de la modalidad que se conoce como procedimiento simplificado, esto es, sin licitación pública, con un solo proveedor, en un arreglo directo. Este procedimiento, según la ley de contrataciones del Estado solamente es aplicable en casos excepcionales, de emergencia.
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Y aquí viene la primera pregunta. ¿Cuál es la emergencia que tienen los magistrados para adquirir tanta chuchería eludiendo una licitación? Aun cuando admitiéramos la existencia de necesidades tan extravagantes ¿Por qué no lo planificaron con anticipación? En el mejor de los casos estamos ante una flagrante incompetencia administrativa. En el peor, uno debe pensar que hay uno, o varios, gatos encerrados en la operación ¿Por qué no cumplen los procedimientos normales para las adquisiciones públicas? ¿Sigue la Contraloría sorda, ciega y muda?
Las siguientes preguntas que se imponen son ¿Quién será el afortunado proveedor seleccionado por los magistrados del Consejo? ¿Qué criterios tuvieron para seleccionar al feliz comerciante? Porque realizar una venta en estos dorados tiempos de 8 millones de córdobas, en una sola operación y sin competencia alguna, verdaderamente se requiere ser afortunado. Afortunados también los golosos que se harán cargo de consumir semejante cantidad de golosinas.
Charangas en la pobreza
Sin embargo, la pregunta más pertinente es ¿Cómo se explica que en un país tan pobre o con tanta pobreza, o con tantos pobres, tengamos personajes haciendo charranga con los fondos públicos?
Lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta, dice un refrán popular y evidentemente, en condiciones de tantos agobios económicos, resulta un grotesco despifarrar recursos que podrían ser mucho más útiles si se aplicaran a otros destinos.
¿Ustedes pueden imaginarse? Ocho millones de córdobas en chocolates, caramelos y chucherías.
Para que tengamos un parámetro de comparación. Una trabajadora de la zona franca que devenga el salario mínimo, tiene un ingreso de C$7 mil córdobas mensuales. Con ese salario no cubre ni siquiera la mitad del costo de la canasta básica. Pues bien, esta compra del CSE representa el salario de casi un siglo para una trabajadora de la zona franca. Tendría que trabajar casi 100 años para poder obtener el monto equivalente al que los flamantes magistrados del Consejo Supremo Electoral se proponen gastar en chocolates, dulces y chucherías.
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Francamente, un asunto tragicómico. Porque algo de cómico tiene. Aunque más trágico que cómico, porque es una verdadera desgracia que quienes tienen el poder de disponer de los recursos públicos, los despilfarren en este tipo de extravagancias, mientras la inmensa mayoría de la población padece de tantas necesidades y penurias.
Pero bueno, esta es, por ahora, la Nicaragua del siglo XXI.