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Ovidio Reyes: un malvado oculto

El actual presidente del Banco Central, con tanto poder dentro de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que ahora también controla a los bancos y sus cuentahabientes, esconde una maldad al mejor estilo de sus jefes

Enero 13, 2025 08:30 AM
leonardo ovidio reyes ramírez presidente banco central

Leonardo Ovidio Reyes Ramírez, desde enero de 2014 presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN) dentro de la estructura de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, es un viejo colaborador del sandinismo, desde los años ochenta, cuando transportaba mochilas repletas de córdobas para pagar a los reservistas que el primer régimen sandinista utilizaba para enfrentar a los contras.

Apoyaba entonces a los batallones de reservistas de la Juventud Sandinista 3062 y 3072, quienes estaban enmontañados, mientras Ovidio Reyes desempeñaba un papel muy distinto con su impecable traje verde olivo, transportando el dinero que entonces era conocido como córdobas “chancheros”, por estar la moneda muy devaluada, lo que hacía que las cantidades de billetes fueran voluminosas, explica una persona que lo conoció en esos años, pero pide anonimato por temor a represalias.

"Que cada quien agarre a sus muertos"

La guerra de esos años lo atrasó un poco en los estudios, pero en 1991, a los 26 años de edad, finalmente se graduó de economista en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en Managua (UNAN-Managua), en el recinto universitario Carlos Fonseca Amador, mejor conocido como el Rucfa.

Más de 30 años han pasado desde entonces, pero Ovidio Reyes continúa sirviéndole al sandinismo. Ahora ya no traslada “chancheros” a los frentes de guerra, sino que es un superministro, a como le llaman, de los dictadores Ortega y Murillo, maquillando desde la presidencia del Banco las cifras económicas del país para hacer ver a la dictadura como buena gestora financiera.

Tras las protestas de 2018, y después de que la represión ordenada por sus jefes causara más de 350 asesinatos de nicaragüenses, la mayoría de ellos jóvenes y hasta niños, Ovidio Reyes comentó: “Que cada quien agarre a sus muertos y se continúa adelante viviendo normalmente, todos los gobiernos hacen lo mismo, pero solo este país es criticado”, según testificó ante organismos internacionales la extrabajadora del Banco Central, Ligia Gómez.

Por su aporte a la dictadura, Reyes está sancionado por los Estados Unidos desde junio de 2021, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control, OFAC) del Departamento del Tesoro lo penalizó por apoyar al régimen Ortega Murillo, que ha socavado la democracia en Nicaragua, perpetrado violaciones de derechos humanos contra civiles, promulgado leyes represivas con serias consecuencias económicas.

Debido a ello, todos los bienes y participaciones en bienes de Reyes que se encontraban en Estados Unidos o que estaban en poder o bajo el control de personas estadounidenses quedaron bloqueados. Además, Reyes tiene prohibidas todas las transacciones en el exterior. Aún así, los Ortega Murillo lo mantienen al frente del Banco Central.

“Es un delincuente financiero. Ese está listo cuando se acabe el poder (acabe la dictadura). Demasiada corrupción”, dijo un economista sobre el presidente del Banco Central.

Aunque cabe la posibilidad de que no sea necesario que los Ortega Murillo salgan del poder para que Reyes caiga en desgracia, pues, según una fuente consultada, “vive con el constante miedo de caer en la lista negra de los Ortega y Murillo.

“Ovidio no decide nada sin la aprobación de Ortega y Murillo. No tiene poder real, su único rol es ejecutar al pie de la letra las órdenes dictatoriales. Es un cobarde de doble cara”, afirmó la fuente, destacando la absoluta dependencia y falta de autonomía de Reyes dentro de la estructura del régimen.

A pesar de ser un soporte de la dictadura, está considerado por algunos economistas como funcionario público serio, capaz, responsable, con formación sólida y respetado como economista, además de contar con larga trayectoria, desde octubre de 1995, dentro tanto del Banco Central como del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), dos institucionales claves para conocer y manejar la macroeconomía del país.

Su ascenso dentro de la dictadura se produjo después de las caídas en desgracias de los exministros de Hacienda Alberto Guevara e Iván Acosta.

Es omnipresente en la toma de decisiones de la economía de Nicaragua, tanto que recientemente los Ortega Murillo lo colocaron como uno de los dos controladores que tendrá la banca nacional de ahora en adelante, mediante la reciente aprobación de una ley que interviene bancos y elimina el sigilo bancario. El otro controlador es el superintendente de bancos, Luis Ángel Montenegro.

“Trabajamos juntos en el tiempo de (el gobierno de) Enrique Bolaños, cuando yo fui viceministro de Hacienda. Tenía bastante conocimientos financieros macroeconómicos y buena capacidad de negociador con el Fondo Monetario Internacional”, dice de Reyes Ramírez el opositor Juan Sebastián Chamorro, también economista.

Soberbio y manipulador

Hay un Ovidio Reyes Ramírez al que pocos conocen, solo su familia y quienes han trabajado de cerca con él, es uno que es capaz de reírse del expresidente Arnoldo Alemán, solo porque cuando trabajaba cerca del exmandatario entró una vez por error a su baño y vio que la taza del inodoro eran “tan grande como el trasero” de Alemán, según cuenta en círculos íntimos.

Es también el marido que, teniendo a la esposa enferma de lupus, se niega a comprarle medicamentos porque están “muy costosos”, que es lo que habría hecho antes de 2018 con la que ahora es su exesposa, pues se divorciaron hace ya seis años, según revela una fuente cercana a la ahora divorciada.

Como presidente del Banco Central, afirma la exfuncionaria de esa institución estatal, Ligia Gómez, Ovidio Reyes Ramírez ha demostrado ser un adulador de la dictadora Rosario Murillo, pues es capaz de todo para quedar bien con ella, además de que es un déspota con los empleados, soberbio, manipulador y desconfiado hasta “de su sombra”.

Principalmente, llegó a presidente del Banco Central después de “serrucharle el piso” a su antecesor, Alberto Guevara, quien fue destituido en enero de 2014 por Daniel Ortega de forma sospechosa, pero, en realidad, detrás estaba Ovidio Reyes Ramírez, quien, como gerente general del banco, ambicionaba el puesto de su jefe y lo mal informó ante los dictadores para ocupar su lugar, aseguran fuentes de esa institución bancaria.

Se ha codeado con cada uno de esos presidentes

Ovidio Reyes Ramírez se trata de un chinandegano, nacido en abril de 1965, que, tras graduarse como economista, a principios de la década de 1990, tuvo un negocio de fotocopiadora dentro del Rucfa, en sociedad con una persona de nombre Zacarías, recuerdan alumnos de ese recinto universitario. Y fue por esa misma época, ingiriendo licor, cuando tuvo un accidente de tránsito en una moto MZ y producto del cual quedó cojo para siempre.

“Si lo comparamos con la actualidad, en ese entonces era una persona muy pobre”, recuerda alguien que conoció a Reyes Ramírez en el Rucfa.

Fue por aquella época cuando se casó con Henny Cortez el 25 de diciembre de 1993, con quien procreó dos hijas nacidas en 1996 y en 1999, pero la pareja se divorció el 7 de diciembre de 2018, después de que la mujer había intentado separarse de él durante mucho tiempo debido a situaciones de maltrato intrafamiliar. Cortez se había ido incluso a Estados Unidos, huyendo de él, pero su familia le negó apoyo porque le temen a Ovidio Reyes, comentó una fuente cercana a Cortez.

En octubre de 1995, Reyes Ramírez entró a trabajar en el Banco Central por primera vez, afirma una nota de prensa de la institución, y desde entonces ha laborado tanto en el Banco como en el Ministerio de Hacienda, con los gobiernos de Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán, Enrique Bolaños y también bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en el poder desde el 2007.

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Reyes Ramírez se ha codeado con cada uno de esos presidentes, sosteniendo encuentros cercanos con Alemán, Bolaños y Ortega, principalmente.

En un reportaje de La Prensa, de febrero de 2023, bajo anonimato, un exfuncionario del Banco Central indicó que Reyes Ramírez “es un político camaleón. Fue de la Juventud Sandinista en los ochenta. En los noventa fue el niño mimado de Noel Ramírez y de Arnoldo. Alemán, estuvo con Eduardo (Montealegre, exministro de Finanzas) para luego (estar) con Bayardo (Arce, asesor económico de Ortega). Es buen matemático”.

En el caso del gobierno de Enrique Bolaños, explica Juan Sebastián Chamorro, se rumoraba la simpatía de Reyes Ramírez con el sandinismo y de que había cumplido el Servicio Militar, pero mucha gente tenía esa misma afinidad en el gobierno de Bolaños, quien nunca impuso prohibiciones “ideológicas” a los funcionarios de su administración. Bolaños hasta nombró directivo de Enacal a Ovidio Reyes en 2006.

A inicios de los años 2000, el Banco Central envió becado a Ovidio Reyes a Pensilvania, Estados Unidos, para que estudiara un postgrado en economía en el State College.

En la hoja de vida que el Banco Central tiene de Ovidio Reyes en su página web, dice que este último “cuenta con estudios de postgrado en The Pennsylvania State University”, pero no afirma que es graduado.

Fuentes del Banco Central aseguran que Ovidio Reyes no terminó ese postgrado porque nunca pudo dominar el inglés. Fue en esa época en la que estudiaba en Estados Unidos cuando Ovidio Reyes publicó un artículo de opinión en el diario La Prensa, el 5 de junio de 2002, criticando la pensión que recibía la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro.

“Excelente el punto del artículo de Eduardo Enríquez (jefe de redacción de La Prensa), referido a la pensión vitalicia de los presidentes. Pero no me parece que haya esquivado comentar sobre la pensión que también recibe doña Violeta (Barrios de Chamorro, ex presidenta de Nicaragua). Pienso que ella no la necesita por sus excelentes condiciones económicas. También, creo que ningún ex presidente de Nicaragua la necesita”, escribió Ovidio Reyes en aquel momento.

Juan Sebastián Chamorro vio llegar a Ovidio Reyes como funcionario del Ministerio de Hacienda en 2004, después del frustrado postgrado en Pensilvania. 

En ese ministerio lo conoció otro economista, que prefiere no ser identificado, quien considera que en la actualidad Ovidio Reyes es “probablemente una de las personas mejor preparada desde el punto de vista de experiencia en economía y con una formación sólida profesional”. “Creo que tiene el respeto de quienes lo conocen como economista”, asevera.

Ejecutor de órdenes económicas y políticas

Tras el regreso al poder de Daniel Ortega en 2007, Ovidio Reyes siguió trabajando en el Ministerio de Hacienda, bajo la presidencia de Alberto Guevara, y se desempeñó como director general de la oficina de Asuntos Fiscales y Económicos.

Ahí gozó de la confianza de Guevara, quien le delegaba importantes funciones, como se puede observar en diferentes escritos oficiales. Cuando Guevara pasó a ser el presidente del Banco Central, se llevó a trabajar con él a Ovidio Reyes, quien en noviembre de 2012 fue nombrado gerente general del Banco.

Dos años después, cuentan fuentes del Banco Central, Ovidio Reyes sustituyó a Guevara después de que el primero mal informó al segundo. Una de las fuentes recuerda que Guevara tenía a tres mujeres trabajando cerca de él y una de ellas era informante de Ovidio Reyes, quien, con la información que la mujer le pasaba, mal dispuso a su entonces jefe con los dictadores.

El 21 de enero de 2014, Guevara fue destituido de forma sospechosa y un día después Ortega propuso a Ovidio Reyes como el nuevo presidente del Banco Central. Se suponía que era de forma temporal, pero Ovidio Reyes fue luego ratificado por la Asamblea Nacional y en ese cargo está hasta hoy, cuando recientemente fue nombrado miembro de un consejo directivo que controlará a los bancos del país y a sus cuentahabientes.

Desde que llegó a la presidencia del Banco Central, ha intentado tener más funciones de las que le permite la ley. Por ejemplo, un mes después de haber asumido el cargo, se hizo miembro del Consejo Nacional de Educación, una actividad que no le compete.

Un reportaje de La Prensa, de febrero de 2018, indica que Ovidio Reyes llegó a consolidarse como omnipresente en todos los ámbitos del sector productivo y económico, a pesar de que, según la Ley 732 —Ley Orgánica del Banco Central de Nicaragua—, este debería ser un ente descentralizado del Estado.

A la par de ello, retrasó publicaciones y hasta ocultó información económica del país, que esa sí es una de las principales funciones de la entidad que dirige. Cuando ocurrieron las protestas de 2018, Ovidio Reyes estaba fuera del país, pero desde el extranjero ordenó que se cumpliera con todas las indicaciones que, a través de Fidel Moreno, ordenó Rosario Murillo para reprimir a la población. El “Vamos con todo” que en su momento denunció Ligia Gómez en instancias internacionales.

Además, los empleados del Banco Central le temen a Ovidio Reyes. Cuando llama a reunión, todos se preguntan “a quién va a regañar o decirle alguna grosería”. En los últimos meses, Ovidio Reyes ha estado detrás de cordobizar la economía del país y se ufana de ser el artífice de la política monetaria del país. Sin embargo, afirman fuentes del Banco Central, hay dos funcionarias que son las verdaderas impulsoras de la política monetaria del país, Magaly Sáenz, suplente de Ovidio Reyes, y Nina Conrado, gerente de División Económica.

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Sáenz no tiene hijos y ha dedicado toda su vida al Banco Central, además de ser la firma libradora del Banco Central porque Ovidio Reyes está sancionado por los Estados Unidos debido a su complicidad con la dictadura Ortega Murillo.

Conrado, por su parte, es la que “pone sensatez” en el Banco Central. Debería de ser ella la presidenta del Banco, pero no es servil como Ovidio Reyes, afirman las fuentes. No le ha valido ser sobrina de Silvio Conrado, economista cercano a los dictadores.

Ovidio Reyes ha sabido granjearse el favor de los dictadores Ortega y Murillo a través de una fidelidad al partido rojinegro. “Él atiende directamente las órdenes de Rosario Murillo. Si ella pide un altar, él pide que sea el mejor aunque se gaste lo que sea. Si es el Repliegue, igual, que la actividad cultural sea la mejor. Siempre está dando ese tipo de órdenes, para quedar bien con Rosario. Es una obsesión con ella”, finaliza diciendo Ligia Gómez.

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