Blinken y Borrell coordinan sus planes de respuesta a Rusia si ataca Ucrania
Washington, 15 ene (EFE).- El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló por teléfono este sábado con el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, para coordinar sus respectivos planes de respuesta si Rusia ataca o invade Ucrania.
"El secretario Blinken reafirmó que si aumenta la agresión rusa contra Ucrania, las consecuencias serán rápidas, graves y coordinadas", dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, en un comunicado.
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Blinken y Borrell conversaron sobre "su coordinación estrecha, junto a sus aliados de la OTAN y sus socios europeos, para responder al constante aumento de la presencia militar de Rusia dentro y cerca de Ucrania, que es profundamente preocupante", agregó Price en la breve nota.
La llamada se produjo un día después de que Estados Unidos acusara a Rusia de orquestar una operación para crear un pretexto con el fin de invadir o entrar en Ucrania, lo que en el argot militar de EE.UU. se denomina "una operación de bandera falsa".
Dicha operación estaría "diseñada para que parezca un ataque contra ellos (los rusos) o su gente, o gente que habla ruso en Ucrania, como una excusa para entrar" en suelo ucraniano, aseguró en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby.
Según la Casa Blanca, Moscú pretende crear la "narrativa" de que hay un deterioro de los derechos humanos en Ucrania y poder así "justificar la intervención rusa".
Mientras, Ucrania ha denunciado un ciberataque a 70 páginas web, diversas de ellas gubernamentales, como las del Gabinete de Ministros o el ministerio de Asuntos Exteriores, que Kiev sospecha que procedió de piratas informáticos asociados a Rusia.
Estados Unidos y sus aliados en la OTAN acusan a Rusia de acumular unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania con el fin de atacar ese país este mismo invierno, algo que Moscú ha negado sin conseguir aplacar los temores.
Esta semana, Rusia participó en negociaciones internacionales con EE.UU., la OTAN y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), pero aseguró que sus interlocutores habían rechazado sus exigencias de cambiar fundamentalmente el modelo actual de seguridad de Europa.
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Ni EE.UU. ni la OTAN están dispuestos a hacer concesiones sobre las demandas rusas sobre la no ampliación de la OTAN, el despliegue de infraestructura de la Alianza y su retorno a los límites de 1997.
Tampoco quieren ofrecer garantías vinculantes sobre el no emplazamiento de sistemas ofensivos cerca de las fronteras rusas.