Rusia crea brigadas de agitación y propaganda para levantar el ánimo a la tropa
El Ministerio de Cultura de Rusia anunció hoy la creación de brigadas de agitación y propaganda en colaboración con el Ministerio de Defensa para levantar el ánimo de la tropa en medio de la campaña militar rusa en Ucrania.
"En algunos lugares hay que visitar a los chicos durante la rehabilitación, en otros se trata de grandes conciertos, pronunciar discursos en plazas o viajar a las regiones", explicó Olga Liubímova, ministra de Cultura, a la televisión pública.
Liubímova destacó que los artistas que formarán dichas brigadas provendrán de diferentes regiones, géneros artísticos y edades, aunque no mencionó nombres concretos.
Subrayó que los propios artistas rusos se dirigen al ministerio para "participar y contribuir a la causa con lo que mejor saben y les gusta hacer".
Por orden de la Administración presidencial, brigadas propagandísticas ya visitaron las guarniciones y polígonos militares donde eran instruidos los reservistas en el marco de la movilización parcial ordenada por el presidente, Vladímir Putin.
Rusia ha reconocido oficialmente la muerte de menos de 6.000 soldados en el campo de batalla, aunque otras fuentes rusas y extranjeras hablan de decenas de miles de bajas entre muertos y heridos en acción.
A su vez, la ministra negó que hubiera ordenado la elaboración de una lista negra de escritores que se oponen a la guerra y cuyas obras tienen que ser requisadas de las bibliotecas, entre los que figurarían Boris Akunin, Liudmila Ulítskaya, Joanne Rowling o George Orwell, entre otros.
Recientemente, sustituyó a la directora de la mayor pinacoteca de Moscú, la Galería Tretiakov, Zelfira Tregúlova, por la hija de un general del Servicio Federal de Seguridad que sirvió con el presidente, Vladímir Putin, antiguo oficial del KGB soviético.
En agosto del pasado año diputados y senadores rusos crearon el Grupo de Investigación de Actividades Antirrusas en la Esfera de la Cultura (GRAD), a imagen y semejanza de la comisión creada por el macartismo para perseguir a los comunistas en EEUU tras la Segunda Guerra Mundial.
Diputados y senadores rusos han denunciado que muchas personalidades de la cultura promueven valores y tendencias occidentales, que van en contra de la moral tradicional que promueve el jefe del Kremlin, muy crítico con la defensa occidental de las minorías sexuales y los matrimonios no tradicionales.
Además, esos políticos han instado a las instituciones culturales a darle la espalda a la cultura occidental después de que Estados Unidos y la Unión Europea aprobaran sanciones contra Rusia por la campaña militar en Ucrania y supuestamente intentaran vetar la cultura rusa en Occidente.