'Plan Colosio': uno de los dos complots para asesinar al presidente electo de Guatemala
La celebración del académico Bernardo Arévalo como presidente electo de Guatemala el pasado domingo se vio interrumpida cuando, en privado, la Fiscalía, cuya cúpula está sancionada por Estados Unidos y lleva semanas intentando suspender su candidatura, le informó que supuestamente había pandillas complotando para asesinarlo.
El mensaje de la Fiscalía llegó en pleno discurso de victoria en un hotel al sur de la Ciudad de Guatemala, solo minutos después de su triunfo electoral, y se une a otro plan denominado 'Colosio' con el objetivo de quitarle la vida al candidato del Movimiento Semilla, según confirmó esta semana un informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los cuatro fiscales, miembros del departamento contra los delitos de extorsión, se acercaron a Arévalo de León y pidieron una reunión privada. En la misma, le notificaron que obtuvieron "información privilegiada" sobre "estructuras criminales de pandillas" que supuestamente buscarían asesinarlo.
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El encuentro con el personal del Ministerio Público duró media hora. Ese domingo, mientras cientos de personas celebraban la histórica victoria del partido progresista en las afueras del hotel, Arévalo de León no salió a festejar con sus seguidores.
Al presidente electo no le ha quedado más opción que "recurrir a la seguridad privada, dada la desconfianza existente con las entidades del Estado bajo el contexto actual", anticipó el informe de la CIDH.
En esas circunstancias, Arévalo de León se transporta en un automóvil prestado con "blindaje nivel 3" cuando la recomendación es un "nivel 7". La falta de fondos del partido también ha provocado que la vicepresidenta electa, Karin Herrera, cuente con un automóvil de transporte donado por un simpatizante y no acorde a los posibles riesgos.
EL 'PLAN COLOSIO'
El supuesto complot por parte de pandilleros no es el único plan para asesinar a Arévalo de León, de acuerdo al informe de la CIDH y al mismo Movimiento Semilla.
El 15 de agosto, a solo cinco días de la segunda vuelta electoral, el equipo de seguridad de Arévalo de León recibió "información preocupante" sobre un "plan para asesinarlo con participación de agentes estatales e individuos particulares".
La información fue confirmada por "al menos tres fuentes dentro de instituciones estatales, con un alto grado de fiabilidad", y que "no se conocen entre sí", precisó la entidad de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Sin embargo, el Estado de Guatemala "cuestionó" la existencia del 'plan Colosio' y la catalogó como una amenaza no existente, según el informe de la CIDH.
Posteriormente, tras pedirle en un comunicado a la CIDH "prudencia" el 24 de agosto por "las consecuencias que declaraciones infundadas puedan generar", el Gobierno del actual presidente, Alejandro Giammattei, le asignó 50 policías más a la seguridad de Arévalo de León.
Los planes para asesinar al candidato del Movimiento Semilla son otro escándalo más en el proceso electoral guatemalteco, el más accidentado desde la implantación de la democracia en 1996.
De acuerdo a expertos, el segundo puesto en las elecciones del 25 de junio y la posterior victoria en el balotaje de Arévalo de León han dejado entre la espada y la pared al denominado "Pacto de Corruptos", un grupo de políticos y empresarios que tiene cooptado el país desde hace varios años y que no contaban con la sorpresiva victoria de Semilla.
Bajo el mismo contexto, según la misma visión de analistas, es por ello que desde el pasado 12 de julio, la Fiscalía ha intentado detener la candidatura de Arévalo de León por un supuesto caso de firmas falsas en la fundación del partido, aunque cada vez son más contradictorias dichas acusaciones en contra de Semilla.
Dicho Ministerio Publicó tiene a su cúpula sancionada por Estados Unidos bajo acusaciones de corrupción desde 2021, incluyendo a la fiscal general, Consuelo Porras.
El presidente electo de Guatemala, mientras tanto, trata de mantener la calma, aunque consciente de la situación. "Nosotros lo que hemos hecho y estamos haciendo es revisar nuestros esquemas de seguridad para reforzarlos, pero tampoco estamos dejándonos distraer por este tipo de situaciones y estamos continuando con nuestras agendas de trabajo o con la vicepresidente", aseveró Arévalo de León a medios locales esta semana.
La investidura del nuevo mandatario debe llevarse a cabo el 14 de enero del próximo año para un período de cuatro años, el primero de un presidente social demócrata en la historia de Guatemala.