A 55 AÑOS DEL VIAJE DE YURI GAGARIN AL ESPACIO
El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin entró en la historia al despegar con la nave Vostok-1 a las 9.07 (hora de Moscú) desde el Cosmódromo de Baikonur en Kazajistán. Según los testigos del despegue, cuando el cosmonauta escuchó los motores de la nave gritó: "Vámonos!" y esa palabra fue un icono de la historia rusa moderna.
La nave dio una vuelta al planeta Tierra y aterrizó casi dos horas más tarde en un pueblo de la región de Sarátov al sureste de Rusia.
Mientras estuvo en órbita, Gagarin debió realizar una serie de experimentos sencillos: comer, beber, escribir con un lápiz y registrar todo en una grabadora de voz. Al observar la Tierra, Gagarin grabó una frase para la posteridad: "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".
El responsable del programa espacial fue Serguéi Koroliov quien eligió a Gagarin por su experiencia como piloto de aviones de caza a reacción.
Por las características de esa proeza y de la tecnología de la época, se requería de candidatos que cumplieran con diversos requisitos: profesionales, disciplinados, sanos, de aproximadamente 30 años, que no midieran más de 1.70 metros ni pesaran más de 70 kilos.
La nave espacial Vostok I, llevó a Gagarin a una distancia de entre los 180 y los 327 km de la superficie terrestre y entró en orbita alrededor del planeta a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora. Dentro de la cápsula el cosmonauta apenas podía moverse.
"¿Puedo soñar con algo más? es historia! es una nueva era!. Dentro de un día despega mi vuelo. Creo en la técnica completamente. No debe fallar. Pero a veces pasa que un hombre se cae en el lugar más inesperado y se rompe el cuello. Aquí también puede suceder algo. Pero no lo creo. Si pasa algo, te pido, Valiusha, no te mates de dolor" escribió Gagarin en una carta a su esposa, antes del vuelo.
El vuelo se realizó en modo automático, pero Gagarin estaba entrenado para tomar el control de la nave en caso de cualquier desperfecto.
Una de las mayores dudas de los científicos, en particular de los psicólogos soviéticos, era como se comportaría una persona sometida a tanta presión y sobre todo, a los efectos prolongados de la ingravidez.Temían que el cosmonauta pierda el control de sus nervios y quisiera conducir la nave de forma manual, por tal motivo el sistema automático se desbloqueaba sólo con un código que estaba en un sobre cerrado.